OBESIDAD: EL PESO DEL ESTIGMA

“Casi 31 millones de adultos con obesidad y 32 millones con sobrepeso”.

Obesidad México
Bienestar
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No se trata de falta de fuerza de voluntad sino de una condición influida por múltiples factores biológicos, sociales y ambientales. Buscar ayuda profesional es clave para acceder a un tratamiento adecuado.

La obesidad no solo pesa en la báscula sino también en la economía: actualmente 74.5% de la población mexicana presenta obesidad o sobrepeso, una cifra alarmante que de no frenarse elevaría los costos de atención a niveles históricos.

Según datos presentados por la farmacéutica Lilly, en 2025 el país destina 5.5% del Producto Interno Bruto (PIB) para atender esta enfermedad crónica. De este monto, 2.9% corresponde al gasto gubernamental, mientras que 2.6% restante es cubierto por los hogares y seguros privados.

De mantenerse la tendencia, para 2060 el gasto total alcanzaría 10% del PIB, lo que equivaldría a un costo per cápita de 884 dólares anuales para los gobiernos. Este escenario revela que la obesidad, además de ser una amenaza para la salud pública, se convertirá en un factor determinante en la sostenibilidad económica del país.

En la presentación de la campaña El peso del estigma, iniciativa que busca cambiar la narrativa alrededor de la obesidad, expertos destacaron que la obesidad no es una elección personal sino una enfermedad crónica, progresiva y tratable, marcada por una resistencia biológica a la pérdida de peso.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) el sobrepeso se entiende como una afección que se caracteriza por una acumulación excesiva de grasa. En tanto que la obesidad es una compleja enfermedad crónica que se define por una acumulación excesiva de grasa que puede ser perjudicial para la salud.

Esta condición puede provocar un aumento del riesgo de diabetes de tipo 2, enfermedad cardiovascular, insuficiencia renal crónica, hipertensión arterial o afectar la salud ósea y la reproducción humana.

Además, aumenta el riesgo de que aparezcan determinados tipos de cáncer, influye en aspectos de la calidad de vida, como el sueño o el movimiento, así como en más de 200 enfermedades.

Enfermedad crónica

La obesidad no es culpa de quien la padece: es una enfermedad crónica, progresiva y tratable que requiere atención médica, comprensión y respeto. No se trata de falta de fuerza de voluntad sino de una condición influida por múltiples factores biológicos, sociales y ambientales. Buscar ayuda profesional es clave para acceder a un tratamiento adecuado.

Durante años el estigma ha desviado la conversación, culpando injustamente a quienes viven con esta enfermedad. La ciencia lo confirma: el cuerpo puede resistirse biológicamente a perder peso, incluso con hábitos saludables. Esta resistencia no es un fallo personal, es una realidad clínica.

María Fernanda Tejeda Muñoz, representante de las personas que viven con obesidad en la organización civil sin fines de lucro Obesidades, compartió su perspectiva sobre la importancia de visibilizar esta condición desde la experiencia de quienes la enfrentan día a día: “Es momento de dejar atrás los prejuicios sobre la obesidad. No se trata de culpas, sino de entender una condición compleja que va más allá del peso. Los medios deben apoyar con un abordaje respetuoso y ético, utilizando fuentes confiables, imágenes sin estigma y un lenguaje centrado en la persona, sin burlas ni juicios. Y los profesionales de la salud deben escuchar, acompañar y tratar con empatía con base en la última evidencia. Solo con respeto, ciencia y humanidad podremos construir una sociedad más justa y saludable para todos”.

Cuando alguien busca la palabra obesidad en internet surgen imágenes de personas sin rostro, acostadas en un sillón, comiendo alimentos ricos en azúcares, grasas, bebidas gaseosas, donde destacan el abdomen de las personas, con cintas métricas, o sobre una báscula.

“Las imágenes son estigmatizantes, no se otorga una identidad a la persona, hay alimentos ultraprocesados en altas cantidades; todo ello culpabiliza al individuo por su condición. En actitud sedentaria, en un contexto de tristeza, desaliñados, con ropa no adecuada. Y finalmente se le señala y juzga culpable de su condición”, explicó Tejeda.

Campaña

Como parte de su compromiso con la innovación médica y el bienestar de los pacientes, la farmacéutica lanzó la campaña El peso del estigma, una iniciativa que busca transformar la manera en que se trata y se habla de la obesidad. El mensaje es claro: la obesidad no es una elección, pero pedir ayuda sí lo es. Reconocer esta diferencia es clave para avanzar hacia un abordaje más integral, informado y libre de prejuicios.

“Estamos en un punto de inflexión en el abordaje de la obesidad. Hoy contamos con soluciones innovadoras con el potencial de transformar millones de vidas y un portafolio sólido que impulsa tratamientos respaldados por ciencia de vanguardia. Sin embargo, el estigma sigue siendo una barrera que limita el acceso a una atención adecuada”, afirmó

Karla Alcázar, presidente y gerente general de Lilly Latinoamérica.

De igual forma, el doctor Santiago Posada, vicepresidente de Asuntos Médicos, mencionó que “la obesidad requiere un enfoque integral, libre de estigmas, que combine acompañamiento médico y cambios sostenibles en el estilo de vida. Esa transformación no ocurre en laboratorios sino en los consultorios, en cada conversación entre médicos y pacientes”, expresó.

Las nuevas terapias están marcando un antes y un después en el manejo de condiciones metabólicas. Su mecanismo de acción combina de forma innovadora el control del apetito y la regulación del azúcar en sangre, dos aspectos que tradicionalmente se trataban por separado. Este abordaje mejora la eficacia del tratamiento y contribuye a reducir riesgos asociados.

“Este avance exige responsabilidad. Somos claros: los tratamientos para la obesidad deben usarse únicamente bajo supervisión médica. No promovemos usos fuera de indicación, ya que se trata de medicamentos diseñados para una enfermedad seria. Su uso indebido pone en riesgo la salud”, puntualizó Posada.

Impacto médico y económico

Karla Alcázar añadió que “se estima que entre 2010 y 2030 el costo del tratamiento de enfermedades asociadas con la obesidad en México podría incrementarse en 49% y alcanzar hasta 1.7 mil millones en 2050. Invertir hoy en soluciones efectivas y en una atención con base en evidencia es clave para evitar un impacto aún mayor en el futuro”.

En un momento crítico para la salud pública en México, más de 75% de la población vive con sobrepeso u obesidad. Esto representa aproximadamente 31 millones de adultos con obesidad y 32 millones con sobrepeso; y se proyecta que estas cifras continúen en aumento.

La obesidad no solo compromete la salud: impacta la productividad, aumenta el ausentismo laboral y puede llevar a la jubilación anticipada. Esta condición ha alcanzado proporciones de pandemia y exige una transformación urgente en la forma en que la sociedad y el sistema de salud la entienden y la enfrentan.

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