Cada año hasta un millón de mexicanos mayores de 65 años presentan esta enfermedad.
Palpitaciones, dificultad para respirar, fatiga, hinchazón en piernas y pies, un ritmo cardiaco rápido o irregular, así como dolor en el pecho, tos o sibilancias y aumento de peso debido a la retención de líquidos son algunos signos que llevan a pensar en insuficiencia cardiaca (IC).
Esta condición incurable se estima afecta hasta a un millón de mexicanos mayores de 65 años anualmente. Los hombres son más propensos a desarrollar esta afección debido a que ya presentan enfermedades metabólicas como diabetes mellitus, hipertensión arterial, colesterol y triglicéridos elevados, tabaquismo, sobrepeso u obesidad, señala el doctor Enrique Alexander Berrios Bárcenas, coordinador de Imagen Cardiovascular y jefe de Investigación del Hospital Español.
En el caso de las mujeres, además de las enfermedades metabólicas, incluyen la menopausia, complicaciones durante el embarazo y ciertos factores relacionados con la salud reproductiva, como la endometriosis y el uso de anticonceptivos hormonales.
Además, el estrés, la depresión y factores sicosociales pueden tener un mayor impacto en las mujeres en comparación con los hombres, explica el cardiólogo.
Detalla que la insuficiencia cardiaca deriva de un infarto, el cual se pudo prevenir con un estilo de vida saludable o revisiones médicas anuales.
“La buena noticia es que existen tratamientos farmacológicos que reducen en 50% la mortalidad de los pacientes, quienes pueden tener una vida más extendida y con calidad”, menciona el especialista.
Berrios indica que el diagnóstico a veces no es sencillo debido a que esta condición se confunde con otras patologías relacionadas con la edad y por ello es importante la capacitación en esta área de los médicos de primer contacto, pues son los primeros que atienden a estos pacientes.
Reconoce que “la mayoría de los pacientes con insuficiencia cardiaca presentan un retraso en el diagnóstico, que ocurre no porque no buscaran atención, lo hacen múltiples veces, sino que fueron diagnosticados con otros problemas de salud y eso definitivamente genera que los pacientes no mejoren y al final se impacta la calidad de vida y en la misma supervivencia de las personas”.
De igual forma, el doctor Adolfo Chávez, presidente de la Asociación Nacional de Cardiólogos de México (ANCAM), dice que nuestro país tiene una población adulta que enfrenta múltiples desafíos de salud, ya que 75% presenta obesidad o sobrepeso; más de 30 millones tienen hipertensión arterial sistémica; más de 15 millones diabetes mellitus, y 18 millones son fumadores. Estos factores elevan la posibilidad de presentar insuficiencia cardiaca.
El cardiólogo indica que es un padecimiento crónico que en sus primeras etapas no da síntomas, pero que puede deteriorar gravemente la calidad de vida.
Con relación a los síntomas, destaca que existe una constelación, pero principalmente hay que enfocarse en tres: si el paciente presenta falta de aire para hacer sus actividades, como subir escaleras, y se cansa; si de repente presenta fatiga, cansancio crónico; o si comienzan a hincharse sus tobillos, se debe pensar que puede tratarse de insuficiencia cardiaca.
En la actualidad existen varios tratamientos farmacológicos y quirúrgicos eficaces para la IC que retrasan la progresión de la enfermedad, mejoran la calidad de vida y alargan la supervivencia de la persona afectada.
Los especialistas coinciden en señalar que, de no prevenirse, en un lapso de 20 a 30 años acabará con el sistema de salud del país por la cantidad de pacientes y los recursos que se necesitarán para su atención.
Evaluación cardiovascular
El responsable de la coordinación del programa Código Infarto de IMSS-Bienestar, Enrique Bonaro Zepeda, recomienda a la población evaluar su condición física mediante la prueba de la caminata, que consiste en caminar durante seis minutos seguidos, donde se deben recorrer aproximadamente 250 metros para corroborar la buena salud del corazón.
“El principal signo que puede indicar que el corazón sufre de alguna patología o enfermedad es la intolerancia al ejercicio; esta alerta debe hacernos pensar que el corazón podría estar en lo que se llama falla cardiaca y es importante acudir con personal médico”, destaca.
El corazón desempeña dos funciones vitales: enviar la sangre a los pulmones para que se oxigene, y distribuirla por todo el cuerpo para que los tejidos y órganos tengan correcto funcionamiento.
La principal enfermedad del corazón que afecta a personas adultas es la cardiopatía isquémica, que ocurre cuando un segmento de este órgano no recibe suficiente sangre y oxígeno, lo que debilita el tejido que lo protege; de no detectarse a tiempo, puede causar insuficiencia cardíaca.
Bonaro invita a la población a reducir riesgos de padecer esta y otras enfermedades mediante la práctica diaria de ejercicios aeróbicos, como andar en bicicleta, nadar o correr y usar las escaleras en lugar de elevadores. Asimismo, recomienda adoptar una dieta saludable que incluya frutas, verduras, proteínas, cereales integrales y grasas saludables, además de limitar el consumo de azúcares, grasas saturadas y alimentos procesados.
Algunos factores de riesgo más comunes que pueden provocar problemas cardiacos incluyen el sedentarismo, los malos hábitos alimenticios, el tabaquismo y la falta de control médico de enfermedades crónicas como diabetes o hipertensión.
Prevención es vida
“El riesgo cardiovascular inicia entre los 15 y 20 años y desde esa edad nos tenemos que cuidar para no desarrollar enfermedades que afecten este órgano y en consecuencia otros sistemas”, afirma el doctor Carlos Narváez Oriani, cardiólogo y ecocardiografista, quien agrega que en este grupo de patologías se incluyen infarto al miocardio, enfermedad vascular cerebral, tromboembolia pulmonar, arritmias e insuficiencia cardiaca, entre otras.
La prevención es la mejor manera de evitar este problema, asegura, por lo que sugiere realizar actividad física de manera regular y consistente, disminuir consumo de sal y de alcohol, así como no fumar. “Otros factores de riesgo importantes que la población puede modificar y controlar son hipertensión, diabetes, dislipidemia (niveles excesivos de colesterol en sangre) y obesidad. Debemos buscar tener controladas nuestras cifras de presión, glucosa y colesterol”.
Por último, invita a la población a realizarse un chequeo médico por lo menos una vez al año, mantenerse en su peso ideal, procurar alimentación saludable y equilibrada, además de adoptar la práctica de ejercicio físico como estilo de vida.