El Parkinson es la segunda enfermedad neurodegenerativa más común en México, con una prevalencia estimada de 50 nuevos casos por cada 100,000 habitantes. Aunque se asocia principalmente con adultos mayores, los primeros síntomas pueden aparecer desde los 40 años.
Esta enfermedad, progresiva y aún sin cura, impacta de forma severa la calidad de vida de quienes la padecen. Sin embargo, un diagnóstico oportuno y el acceso a tratamientos innovadores pueden marcar la diferencia.
Una de las terapias más avanzadas disponibles actualmente es la Estimulación Cerebral Profunda (ECP), un procedimiento de última generación que ha demostrado reducir hasta en un 70% los temblores, mejorar significativamente la movilidad y disminuir la dependencia de medicamentos.
“La ECP consiste en la implantación de un pequeño dispositivo bajo la piel que envía impulsos eléctricos al cerebro a través de electrodos, ayudando a regular las señales desorganizadas que causan los síntomas motores”, explicó la Dra. Mayela Rodríguez, especialista del Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía (INNN).
Gracias a la guía por imágenes de alta precisión, esta técnica permite colocar los electrodos con exactitud, lo que reduce el tiempo de ajuste postoperatorio hasta en un 56% y convierte a la ECP en una alternativa terapéutica más segura y eficiente para personas con Parkinson avanzado.
La especialista explicó que, además de los síntomas motores como temblores, rigidez o lentitud, el Parkinson puede causar trastornos del sueño, fatiga, depresión y cambios en la expresión facial.[iv] “Detectar los primeros signos —como movimientos involuntarios en las manos, estreñimiento, alteraciones del habla o pérdida de expresión— es clave para iniciar tratamiento de forma temprana”, señaló la especialista en neurología.
Las causas del Parkinson suelen incluir distintas variables: una combinación de predisposición genética, factores ambientales como lesiones en la cabeza, exposición a pesticidas y el lugar de residencia. No obstante, ningún factor aislado es determinante por sí solo, y la interacción entre ellos es la que incrementa el riesgo de desarrollar la enfermedad.
“Con más de ocho millones de personas afectadas en el mundo, es indispensable sensibilizar a la población y fortalecer el acceso a atención integral. Esto implica la participación de neurólogos, fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales, psicólogos y neurocirujanos en el acompañamiento del paciente”, enfatizó la Dra. Rodríguez.
Por su parte, el Dr. Carlos Gutiérrez, director Médico en Boston Scientific México, señaló que la Estimulación Cerebral Profunda es una muestra clara de cómo la tecnología médica de última generación puede ofrecer una nueva esperanza a pacientes.
“Esto se traduce en un mayor control sobre la enfermedad, pero, sobre todo, en una mejora tangible de la calidad de vida y la autonomía del paciente. Nuestro objetivo es que cada vez más personas en México tengan acceso a tratamientos de vanguardia que les permitan retomar sus actividades cotidianas, reconectar con sus seres queridos y vivir con mayor plenitud”.
En el marco del Mes del Parkinson, especialistas hacen un llamado a la población: prestar atención a los primeros síntomas, acudir con un neurólogo y conocer las opciones disponibles puede cambiar el rumbo de la enfermedad.