TDAH: ROMPER ESTIGMAS Y DIGNIFICAR A PACIENTES

“Esta condición se manifiesta principalmente entre los cuatro y los doce años”.

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No debemos normalizar conductas como la inquietud constante, la desorganización, la distracción, la impulsividad o la falta de atención desde la infancia.

El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) se caracteriza por problemas para mantener la atención, impulsividad y exceso de actividad motriz, pero más allá de estos síntomas visibles su impacto se refleja en altas tasas de deserción escolar, exclusión social, ansiedad, depresión, adicciones y dificultades en las relaciones interpersonales.

En México esta condición se reconoce como un trastorno médico y se aborda tanto desde la perspectiva clínica como de la educativa.

De acuerdo con la Encuesta Nacional de Epidemiología Psiquiátrica 6% de la población de entre seis y 16 años presenta este trastorno; es decir, alrededor de un millón 600 mil menores, de los que solo 8% está diagnosticado y tratado. Estas cifras lo revelan como un problema de salud pública.

Estudios actuales sugieren que el riesgo relativo de desarrollar TDAH es de cinco a diez veces mayor en familiares de primer grado en comparación con la población general, aplicable a los síntomas centrales e independiente del sexo.

Hay varios tipos: combinado, inatento, hiperactivo e impulsivo. Anteriormente se pensaba que existían tres niñas por cada siete niños con esta condición, pero ahora se sabe que hay una proporción de dos niños por cada niña entre 100 menores en edad escolar en el país.

“El tema no es menor, ya que no solo trastoca la calidad de vida de quien lo sufre, sino que también puede tener repercusiones a nivel familiar, en el entorno social, escolar o laboral. Quien presenta TDAH debe ser tratado para mejorar su atención, disminuir su impulsividad y en general tener un mejor funcionamiento en todos los ámbitos de su vida”, comenta la doctora Jacqueline Cortés Morelos, coordinadora de la clínica de Salud Mental del Departamento de Psiquiatría y Salud Mental de la Facultad de Medicina de la UNAM.

Diagnóstico oportuno

“El verdadero reto en nuestro país es lograr una identificación temprana del trastorno. Para ello, es fundamental involucrar a los médicos generales y pediatras, quienes deben estar capacitados para reconocer los síntomas y derivar a los pacientes con especialistas en siquiatría infantil. Solo así lograremos un tratamiento oportuno”, puntualiza la especialista.

Otra pieza clave son los docentes. Si un profesor comprende adecuadamente qué es el TDAH podrá apoyar al estudiante sin estigmatizar ni etiquetar, contribuyendo así a una mejor atención y desarrollo del niño.

“El trastorno por déficit de atención e hiperactividad se manifiesta desde etapas muy tempranas de la vida. Además de tener una importante base genética, también está influido por los estilos de crianza y el entorno en el que crecemos. No debemos normalizar conductas como la inquietud constante, la desorganización, la distracción, la impulsividad o la falta de atención desde la infancia. Estas características no son simplemente ‘parte de la personalidad’ ni deben pasarse por alto, ya que pueden limitar seriamente el desarrollo del potencial de una persona, afectar el rendimiento académico y generar un desgaste importante”, advierte la siquiatra.

Actualmente, comenta la doctora Cortés, “estamos utilizando el metilfenidato de liberación prolongada, un fármaco estimulante que viene en diferentes dosificaciones. Los estimulantes han sido considerados desde siempre como la primera línea de tratamiento para el TDAH; la novedad de este medicamento es su sistema de liberación prolongada, lo que nos permite iniciar el tratamiento con una dosis baja para evaluar la respuesta del paciente e ir ajustando las dosis de manera progresiva”, comparte la especialista.

Esta condición se manifiesta principalmente entre los cuatro y los doce años. Se asocia en 70% de los casos con otros trastornos, como dislexia, ansiedad y depresión. El diagnóstico y detección de esta condición puede tardar de tres a cinco años debido a que los síntomas suelen confundirse con comportamientos propios de la crianza inadecuada e hiperactividad. El tratamiento del TDAH es multimodal e individualizado y puede incluir terapia sicológica y opciones de manejo cognitivo conductual.

Se calcula que de 25 a 50% de las personas con este trastorno manifiestan signos de ansiedad y de 32 a 53% presentan problemas con el abuso del tabaco, alcohol y cocaína.

De igual forma la especialista en siquiatría adscrita al Servicio de Paidopsiquiatría del Centro Médico Nacional (CMN) 20 de Noviembre del ISSSTE, Sharon Venecia Núñez Pichardo, señala que si bien el TDAH es frecuente persisten los mitos y estigmas a su alrededor, por lo que resulta fundamental su visibilización.

“No se trata de una mala conducta ni de un ‘problema de disciplina’, sino de un trastorno con base biológica relacionado con alteraciones en la autorregulación cerebral (...) Debemos visibilizar el trastorno, promover la conciencia social, fomentar la detección oportuna y reforzar el acceso a tratamientos eficaces. Además de brindar sicoeducación y apoyo a familias, docentes y profesionales de salud para mejorar la calidad de vida de quienes viven con este trastorno”, indica.

Venecia, residente de la subespecialidad en Psiquiatría Infantil y del Adolescente, detalla que el TDAH inicia en la infancia y se relaciona con alteraciones en los niveles de dopamina y noradrenalina, lo que se refleja en comportamientos impulsivos, hiperactividad e inatención que interfieren con el desarrollo y desempeño cotidiano del paciente.

“El TDAH puede impactar principalmente en el rendimiento académico, relaciones interpersonales, autoestima y regulación emocional, lo que puede generar rechazo social, castigos injustos o frustración constante. Si no se interviene adecuadamente, estos síntomas pueden persistir en la adolescencia y la adultez, y asociarse con mayor riesgo de presentar otros trastornos siquiátricos como ansiedad o depresión”, afirma.

Opciones terapéuticas

Por su lado, la doctora Yunuem Ríos, MSL de la farmacéutica CORNE, informa que el metilfenidato de liberación prolongada es producto de la investigación de los laboratorios alemanes MEDICE y se está trayendo a México con el nombre de Medikinet. “Esta nueva formulación de metilfenidato utiliza microesferas llamadas pellets que permiten una liberación controlada y sostenida del medicamento a lo largo del día. Una ventaja importante, especialmente en niños pequeños, es que los pellets pueden mezclarse con alimentos semiblandos —como yogurt o puré—, lo que facilita su administración sin afectar la eficacia del tratamiento”.

El metilfenidato actúa modulando los sistemas de dopamina y noradrenalina en el cerebro, ayudando a mejorar los principales síntomas del TDAH: inatención, hiperactividad e impulsividad.

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