TRASTORNOS DEL SUEÑO: REPERCUSIONES EN LA SALUD

“Se relacionan con alteraciones anatómicas”.

Lorena Ríos
Bienestar
TRASTORNOS DEL SUEÑO

El insomnio por un periodo prolongado puede tener consecuencias

en la salud mental: depresión y ansiedad.

Se estima que, en el mundo, una de cada tres personas sufre algún trastorno del sueño. Los especialistas indican que dormir bien se refiere a conciliar el sueño por un tiempo adecuado, en el cual lleguemos a fases profundas que nos den la sensación de descanso, lo que permita que al día siguiente nos sintamos de buen ánimo y con energía. ¿Pero cuál es el tiempo de sueño promedio que nos hace sentir bien?

“No existen necesidades de sueño, sino recomendaciones de horas de dormir. Una de las ideas erróneas respecto del insomnio es que tenemos que dormir ocho horas”, detalla la doctora Alejandra Solís, médico siquiatra, especialista en trastornos del sueño.

“La sugerencia de horas dependerá del grupo de edad; por ejemplo, un recién nacido duerme 16 horas continuas o incluso duerme por fragmentos, a diferencia de los adultos de entre 25 y 65 años, para los cuales la recomendación es dormir entre siete y nueve horas”.

La experta refiere que el no dormir en tiempo y profundidad necesarios tiene complicaciones a nivel orgánico y a nivel funcional. Las personas que duermen mal tienen mayor riesgo de padecer diabetes, obesidad e incluso un infarto cerebral o un infarto agudo al miocardio. Las complicaciones a nivel funcional pueden motivar que el afectado llegue tarde a todo, no tenga concentración, disminuya su productividad, le afecte en el trabajo e incremente el riesgo de accidentes laborales o de tránsito.

Pero las afecciones pueden ir más allá. “Quienes duermen mal tienen mayor propensión a padecer problemas de salud mental, como depresión, ansiedad o incluso, cuando tienen insomnio por periodos prolongados, aumenta la propensión a atentar contra su vida”, asegura Solís.

“A veces es difícil explicar qué ocurrió primero, la depresión o el insomnio. La depresión es un estado inflamatorio en el que las personas tienen una alteración neuroanatómica que involucra sustancias químicas como la serotonina y la noradrenalina, las cuales tienen un efecto en nuestro patrón de sueño. Cuando estas dos sustancias no trabajan adecuadamente, se traduce en dificultad para conciliar el sueño o tener un estado de hiperalertamiento; es decir, tienen la sensación de que todo el tiempo tienen que estar preparados para un riesgo potencial”, señala.

La especialista destaca la importancia de acudir al doctor a los primeros episodios de insomnio para recibir atención y, si es necesario, tratamiento, farmacológico o no farmacológico, pero diseñado con un enfoque personalizado de acuerdo con las necesidades específicas.

De manera paralela se sugieren algunos cambios en la higiene del sueño: evitar utilizar dispositivos electrónicos en la cama; no cenar de manera abundante; evitar actividades en la cama como comer, dormir o trabajar; no hacer ejercicio en horas cercanas al sueño; mantener un horario fijo para dormir; eliminar el consumo de grasas saturadas y carbohidratos en la noche; optar por almendras, pollo, vaso de leche, media pera o manzana…

Afectaciones

Zaira Romero López, titular de la Clínica del Sueño del Hospital General del Centro Médico Nacional La Raza, del IMSS, dice que entre los padecimientos más frecuentes están el insomnio, la apnea obstructiva del sueño, los trastornos asociados al sueño REM y la parálisis del sueño.

Hace un llamado a atender la salud del sueño como un elemento prioritario para lograr una vida saludable; procurar dormir de doce a 14 horas en el caso de niños y de ocho a nueve horas diarias los adultos.

Atender oportunamente un trastorno del dormir ayuda a evitar afectaciones a la salud a nivel cardiovascular, alteraciones metabólicas, debilitamiento del sistema inmunitario y trastornos neurológicos como demencia, depresión y ansiedad, alerta la neumóloga especialista en Medicina del Sueño.

“Todo eso se puede evitar, incluyendo también el reforzamiento del sistema inmunitario. Dormir refuerza mucho el sistema inmune y la falta de sueño hace que un rendimiento académico o laboral no sea adecuado si no hay una buena calidad del sueño. Esto puede afectar a la persona, a sus actividades, tanto laborales como profesionales y a nivel personal, ya que si son pacientes que no duermen adecuadamente pueden verse afectadas sus relaciones interpersonales, con su familia y su entorno en general”, alerta.

La Clínica del Sueño de este hospital de tercer nivel atiende cada semana a alrededor de 16 pacientes a quienes se les realizan estudios intrahospitalarios y a domicilio para valorar el tipo de trastorno que puede estar presente.

Para realizar el diagnóstico, indica, los pacientes son monitoreados durante las horas de sueño y se evalúan síntomas como alteraciones en la capacidad para dormir, dificultad para conciliar el sueño, excesiva somnolencia, ronquidos, cansancio crónico, lo que puede derivar en afectaciones en diversos órganos, a nivel metabólico y cardiovascular.

La especialista señala que el origen de los trastornos del dormir es multifactorial y puede deberse a alteraciones anatómicas, sobrepeso y obesidad, lo que condiciona que la vía área de las personas sea más fácilmente colapsable, una obstrucción que provoque apnea obstructiva del sueño, que “está relacionada con alteraciones anatómicas, sobre todo de la vía aérea superior, desviación del septum nasal y enfermedades endocrinológicas”.

Otro de los padecimientos más frecuentes es el insomnio; alrededor de 30% de la población mexicana lo padece y durante el confinamiento por la pandemia de Covid-19 se incrementó la presencia hasta 50%, aunado a otras alteraciones que lo detonan, como ansiedad, estrés y depresión. También pueden presentarse trastornos asociados al sueño REM (profundo), parálisis del sueño, pesadillas y otros tipos de parasomnias.

La especialista lanza un llamado a atender y procurar la salud del sueño como un elemento prioritario para lograr una vida saludable. “Lo ideal es seguir algunas recomendaciones con relación al lugar donde dormimos: idealmente no se debe tener un dispositivo como la televisión dentro del área donde vamos a hacer nuestro descanso. No usar dispositivos electrónicos”.

Asimismo, hace énfasis en señalar que para beneficiar un sueño favorable es necesario tener un ambiente agradable dentro de la habitación donde se va a dormir, con buena ventilación y temperatura —ni muy fría ni muy cálida—, un ambiente sin ruido, que no haya una luz que estimule a permanecer despiertos, y procurar dormir y levantarse siempre a una hora determinada.

“Se recomienda no tomar cosas estimulantes, como bebidas muy azucaradas, el café; la cafeína tarda cierto tiempo en metabolizarse, entonces tomarlo muy temprano, no ya tan tarde porque eso estimula al sistema para mantenerse despierto. No hacer ejercicio dos horas antes de dormir. Todo esto nos ayudará a tener una mejor calidad del sueño”, indica Romero López.

Señala finalmente que para los adultos mayores es ideal tomar siestas durante el día para compensar el sueño profundo que se va reduciendo con los años.