Calidad de vida con un adecuado control del asma

En México, cerca de 8.5 millones de personas viven con esta condición

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Lorena Ríos
Bienestar
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Desde los primeros años de vida, el asma puede provocar inflamación en las vías aéreas y manifestarse de manera sutil a través de tos ocasional o por medio de infecciones frecuentes diagnosticadas principalmente por un médico general.

Sin embargo, cuando este padecimiento no se atiende de forma oportuna, los síntomas pueden empeorar. Entre las señales que alertan sobre la presencia de asma se encuentran los silbidos al respirar, sensación de opresión en el pecho y tos, que ocasionan que a los pacientes les falte el aire, llevándolos a recibir atención en una sala de urgencias ante la presencia de una crisis, explicó el alergólogo y pediatra Said Arablin Oropeza.

En algunos pacientes estas crisis o ataques pueden presentarse de forma repetida si es que no reciben tratamiento adecuado, generándoles un impacto importante en la calidad de vida, tanto a nivel personal, como social.

Sin embargo, conforme pasa el tiempo, las personas con asma y sus familiares, comprenden que ésta es una condición crónica con la que deben aprender a vivir, y aunque no se puede curar, sí es posible controlarla de forma efectiva ya que cada vez existen mejores opciones terapéuticas para atenderla desde su origen, mencionó el también infectólogo.

Vivir con asma

El asma es una de las enfermedades respiratorias más comunes en el mundo, que afecta a una de cada 10 personas, es decir, que existen alrededor de 300 millones de personas con asma en todo el mundo. Tan solo en México, el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER), estima que 8.5 millones de mexicanos la padecen.

“Cuando el asma está descontrolada y el paciente no recibe un tratamiento adecuado, los ataques pueden ser tan fuertes que buscan evitarlos a toda costa, llevándolos a modificar sus actividades diarias, dejan de realizar algún deporte y se protegen de la exposición a alérgenos que desencadenan los síntomas. Esto ocasiona que el paciente sienta que su vida está limitada, generando trastornos emocionales como depresión, ansiedad o estrés”, menciona el doctor Arablin Oropeza, certificado por el Consejo Nacional de Pediatría.

Y aunque no existe una causa determinada para el desarrollo del asma, es decir, es multifactorial; sí se sabe que a nivel bronquial es causada por la inflamación tipo 2, en la que participan varias células y moléculas de nuestro cuerpo, provocando una respuesta inflamatoria muy grande ante estímulos que se encuentran en el ambiente, que se conocen de forma tradicional como exacerbantes de la enfermedad, entre los que se encuentran: cambios en el clima, algunos alimentos, fragancias, pólenes de árboles o pastos, ácaros del polvo y pelo de mascotas, entre otros.

La inflamación tipo 2 produce diversos síntomas como estornudos, congestión, escurrimiento nasal y comezón intensa en la piel; por lo que es común que los pacientes con asma también padezcan otras enfermedades como rinitis alérgica y dermatitis atópica.

Si bien no quisiéramos que ninguna persona tuviera asma, la buena noticia es que cada vez se cuenta con mayores opciones para controlarla y para lograr que todos los pacientes lleven una vida sin límites.

“El tratamiento del asma está centrado en el uso de esteroides inhalados, que pueden acompañarse o no de otros medicamentos que permiten mantener abierta y desinflamada la vía aérea. Sin embargo, en algunos casos este tratamiento no es suficiente, pero gracias a los avances de la ciencia los pacientes con asma moderada a grave ya cuenten con terapias innovadoras como es Dupilumab, un anticuerpo monoclonal que bloquea las proteínas que generan la inflamación a nivel bronquial desde su origen, logrando el control de los síntomas y disminuyendo las crisis que generan la pérdida de la función pulmonar en estos pacientes”, comentó el especialista de las vías aéreas.

En caso de que no mejoren los síntomas, a pesar de recibir diferentes tratamientos, es importante que se consulte a un especialista, ya sea alergólogo o neumólogo, quien puede hacer un diagnóstico certero y brindar distintas opciones terapéuticas para controlar esta condición.

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