Los modelos utilizados para atender la depresión, el estrés postraumático y la ansiedad por las que atraviesan los médicos en primera línea con pacientes Covid-19 y la población en general, así como las herramientas para fomentar su resiliencia, fueron los ejes temáticos del seminario Bienestar y resiliencia en la Crisis por Coronavirus 2019. Contribuciones de la sicología, transmitido en línea por El Colegio Nacional.
Coordinado por María Elena Medina-Mora, quien expuso el tema Estrategias para promover la salud mental de la población. ¿Qué nos dice la evidencia? y quien puntualizó que “un terapeuta ofrece ayuda para cambiar pensamientos, sentimientos y conductas, disminuye síntomas de trastornos mentales y ayuda a enfrentar vicisitudes”.
La formación de síntomas es lo que lleva a las personas a buscar ayuda, puede ser un trastorno como estrés postraumático, depresión o una idea suicida grave. Estos síntomas se forman gracias a factores relacionados con la sociedad, con el género, con la historia de vida que implica una vulnerabilidad, heredada o adquirida en el desarrollo; además, de los recursos internos del individuo, sus habilidades, su autoestima y estilos de afrontamiento como la huida. El papel de la terapia es acercar a los pacientes a la resolución del trastorno, destacó.
También describió los elementos que intervienen en la selección de un tipo de terapia y que tienen que ver con los síntomas, “por ejemplo, si una persona está deprimida, va a necesitar que lo ayudemos con estrategias y activación; si una persona ya no puede controlar el uso de las drogas se podrá usar la terapia cognitivo conductual para ayudarle a que su cerebro las deje de pedir y pueda controlar la situación”.
Por su parte, Nayely Vianey Salazar Trujillo, especialista en anestesiología y coordinadora del grupo de trabajo “Calidad al Final de la Vida”, de la Facultad de Medicina de la UNAM, señaló que la pérdida masiva de vidas humanas, de compañeros en el trabajo, de familiares, la demanda de atención sanitaria y la convicción ética y moral del equipo médico de salvar la vida del enfermo genera estrés físico, sicológico y emocional que se requiere enfrentar.
Agregó que lo anterior demanda la preparación para futuras crisis, el desarrollo de medidas de prevención, estrategias de resolución de mejor manera y hacer uso de los recursos internos para adaptarse a la “nueva normalidad”, porque la pandemia continuará. Para ello también se requiere transparencia en la información que se presenta.
La filosofía de los cuidados paliativos plantea que es fundamental la atención del enfermo para apoyarlo en la pérdida de la salud y ayudarlo a sobrellevar el duelo por la enfermedad; también consiste en cuidar y preparar a la familia, circunstancias en las que el psicólogo funciona como un soporte en situaciones de crisis; y además, en fortalecer la resiliencia y solidaridad en el personal sanitario.
Respecto de la ponencia Atención hospitalaria: estrategias para mejorar el bienestar del personal de salud, de las personas que enferman y de sus familias, la sicóloga Nancy Rangel, se refirió a las acciones que realizan en el Hospital Manuel Gea González, para el que labora. “Algo que ha pasado en las instituciones es que hemos tenido que conformar grupos de trabajo que antes no existían”, enfatizó.
A partir de abril de este año, el nosocomio conformó un equipo de sicología, dividido en seis áreas, con el objetivo de brindar apoyo psicológico a todo su personal de salud y como parte de la contingencia por Covid-19. Este grupo es responsable de la identificación de casos de desgaste profesional y de prevención de complicaciones emocionales.
La idea de esta atención surgió del Síndrome de Burnout, trastorno emocional vinculado con el ámbito laboral, y que en los médicos puede provocar despersonalización, es decir, tratar a los pacientes como si no fueran personas, sino un expediente más; además de fatiga emocional y baja realización competitiva.
Nancy Rangel hizo énfasis en el trabajo de equipo que realizan en este hospital, en donde tienen actividades clínicas de atención individual al personal médico y paramédico, ya sea vía remota o in situ. También laboran con grupos de apoyo emocional en enfermería y área de residentes.
Entre las técnicas que más utilizan están el entrenamiento de relajación diafragmática, detención y modificación de pensamientos, desensibilización sistemática, activación conductual y la aplicación del Modelo de Worden, que promueve cuatro fases para enfrentar el duelo.
En relación al tema Seguridad sicológica para el personal de salud, Rebeca Robles García del Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz aseguró que los profesionales de la salud cuentan con el apoyo de varias instituciones para atender padecimientos mentales derivados de la pandemia.
Resaltó que “cerca del 40 por ciento del personal de salud de primera línea con pacientes COVID-19 tiene depresión o estrés postraumático. Tener síntomas de SARS-CoV-2, pérdidas por ese motivo y la violencia doméstica son los factores predictores de problemas de salud mental que afectan a esta población”.
Se refirió a la herramienta de Tamizaje-autocuidado-referencia que permite identificar problemas de salud mental. Se trata de una aplicación que puede consultar en línea la sociedad en general y que le otorga al usuario el diagnóstico de su padecimiento y los datos de referencia para tratamiento específico a distancia, que brindan más de 200 terapeutas. Hasta ahora más de 13 mil personas de trabajadores de la salud han utilizado esta aplicación.
En su participación, la Coordinadora de Atención Psicológica del Departamento de Psiquiatría y Salud Mental de la Facultad de Medicina de la UNAM, Melissa Salas, se refirió a las Estrategias psicoterapéuticas para la población general ¿Cómo construir resiliencia? Entre las que se encuentran la terapia de aceptación y compromiso que forma parte de las terapias contextuales.
La resiliencia se refiere a la capacidad para recuperarse y mantener una conducta adaptativa para superar circunstancias traumáticas. Se puede construir, se aprende y desarrolla. La terapia contextual tiene como objetivo crear una vida rica y significativa, aceptando el dolor que viene con ella, invita a dejar de luchar contra la realidad que duele y a invertir la energía en acciones comprometidas que ayuden a dirigirse a lo que es importante. De ahí que sea una de las herramientas recomendables para fomentar resiliencia.
Las emociones no duran más de 120 segundos y se reactivan con los pensamientos negativos. “Para construir resiliencia se requiere identificar los valores de manera personal, respondiendo a las preguntas ¿Quiénes son importantes para mí? ¿Qué es importante para mí? ¿Cómo es la persona que quiero ser?; es importante también identificar varios elementos valiosos, establecer metas guiadas por ellos y realizar acciones comprometidas”, enfatizó Salas Bermúdez.