En México, de acuerdo con ENSANUT 2019, 13.9 de cada 100 niños menores a 5 años presentan síndrome de talla baja ocasionado por el déficit de hormona de crecimiento, lo cual se complicó aún más con el extenso confinamiento, vida sedentaria, inadecuada nutrición y trastornos del sueño, advierten especialistas.
En el marco del Día Internacional de la Conciencia sobre el Crecimiento Infantil, especialistas alertaron sobre la importancia de una detección oportuna para evitar complicaciones asociadas a este déficit de hormona de crecimiento, la cual se produce en el organismo cuando se duerme y se encuentra en la Fase REM del sueño, es decir, en la parte más profunda.
“Es muy importante hablar de este tema y que la gente tenga conciencia de qué es la talla baja y todos los problemas tanto físicos como emocionales que puede ocasionar para el niño o niña,” explicó el doctor Carlos Antillón Ferreira, especialista en Endocrinología Pediátrica.
El especialista detalló que para lograr un óptimo desarrollo de los niños, niñas y adolescentes se requiere de una adecuada higiene del sueño, quienes deberán dormir entre 9 y 10 horas, sin incluir la siesta. Sin embargo, con la alteración del horario de sueño por el uso excesivo de los dispositivos electrónicos, el realizar tareas o jugar a altas horas de la noche, impide que se produzca la hormona de crecimiento y se verá reflejado en una estatura por abajo del promedio de los mexicanos, que en la actualidad se ubica en 1.57 metros en las mujeres y 1.70 mts en los hombres.
Otro aspecto importante es la alimentación, la cual debe ser variada de acuerdo al Plato del Bien comer, que incluye todos los grupos alimenticios, verduras, frutas, cereales, lácteos y proteína de origen animal. Pero, en el confinamiento, la población pediátrica elevó su consumo de azúcares y carbohidratos, por lo que casi es un hecho que presentará un aumento de peso, de ahí que sugiere que cuanto antes se visite al pediatra para revisar peso y talla del menor.
“En relación a ofrecer en el desayuno o cena licuados a los menores, no sustituye una buena alimentación, pues no lleva todos los nutrientes necesarios y se abusa de los azúcares. Aunque muchas familias lo acostumbran, se debe cuidar la cantidad y acompañarlo con otros alimentos”, mencionó el pediatra Antillón Ferreira.
Por su parte la doctora Patricia Medina, endocrinóloga pediatra, adscrita al Departamento de Endocrinología del Hospital Infantil de México “Federico Gómez” explicó que uno de los signos más visibles de un retraso del crecimiento es que el niño tenga una estatura mucho menor que la mayoría de los demás niños de su edad, esto conoce como baja estatura. Pero algunos niños pueden tener un retraso del crecimiento incluso sin tener baja estatura.
Otros signos y síntomas de una deficiencia de la hormona del crecimiento son los siguientes: Parecer mucho más joven que otros niños de la misma edad, tener una voz muy aguda, tener el cabello muy fino, que los dientes salgan más tarde de lo normal, pubertad lenta o tardía.
Respecto a la concienciación de este padecimiento, el doctor Antillón explicó que “evidentemente ha habido progresos y conciencia respecto al tema, los padres ya no se esperan para ir al pediatra al ver que sus niños no crecen. Por ello, es importante seguir reforzando la conciencia sobre el crecimiento infantil para que no se asuma lo que antes se pensaba: que el niño luego va a crecer y ese luego, en ocasiones, nunca llega y cuando acuden con el especialista ya no se puede hacer nada.
Destacó que los pacientes deben recibir atención especializada entre los 15 y 17 años, pues después ya es muy tarde, ya no se logran los resultados esperados.
Respecto al impacto de la pandemia en el crecimiento infantil, la Dra. Medina afirmó que “la pandemia ha tenido un impacto diverso, en primer lugar, durante 2020 tuvimos algunos meses con un confinamiento importante y con esta situación provocó que los niños dejaran de ir a su consulta médica para valorar el peso y la estatura.”
Además, “los espacios para realizar ejercicio o alguna actividad estuvieron cerrados, por ello hubo un aumento en la prevalencia del sobrepeso y obesidad. Además de dejar de hacer ejercicio, se presentaron problemas de depresión y ansiedad lo que afectó aún más a la población infantil.”
La especialista agregó que “sabemos que en el caso de las niñas el desarrollo de la adolescencia pueda iniciar entre los 8 y 12 años y en los niños entre los 9 y los 14 años, pero debido a la pandemia la pubertad se ha acelerado y esto representa un problema ya que los cartílagos de crecimiento se cierran de manera más temprana, lo que provoca que estos niños no alcancen el pronóstico de estatura. Entre los factores para que esto se dé es el sobrepeso, vida sedentaria y factores sicológicos”.
Seguimiento puntual
Respecto a las acciones a seguir para minimizar el impacto de la pandemia en el crecimiento infantil, Antillón explicó que “pese a que se ha hablado mucho del tema es necesario no obviar nada cuando se habla de crecimiento infantil”.
Además, “es importante retomar las consultas pediátricas, dependiendo de la edad es la frecuencia para que el pediatra pueda evaluar las curvas de crecimiento. Y lo más importante, nunca obviar y siempre actuar a tiempo para evitar repercusiones en su estatura y en su rol social.”
Por su parte, la doctora Patricia Medina agregó que “si un niño no recibe tratamiento de forma oportuna podría quedar 20 o 25 centímetros por debajo de su potencial genético”.
También, la doctora Angélica Licona Sanabria, Biopharma Medical Sr Manager de Novo Nordisk, resumió que es de suma importancia “vigilar la talla de los niños y estar alerta por si presentan talla baja, asimismo es importante vigilar la velocidad de crecimiento y si un niño crece menos de 5 centímetros al año, se debe acudir al especialista para hacer estudios de densidad ósea; cuidar y fomentar la movilidad del infante, y sobre todo, en caso de requerirlo, proporcionar el tratamiento adecuado que le permita alcanzar una estatura adecuada”, destacó.