La lucha que hace más de 70 años iniciaron las mexicanas para ser tomadas en cuenta en el ámbito político recién alcanzó su máximo esplendor con el arribo al Poder Ejecutivo de Claudia Sheinbaum Pardo: su elección como primera presidenta de México llega después de casi siete décadas de elecciones en las que han tomado parte las mujeres.

Presidenta Claudia Sheinbaum, por medio de este trabajo editorial me permito felicitarla por haber asumido su cargo como primera mandataria de este país. Debo reconocerle que, más allá de si comparto o no con las formas e ideología del partido al que representa, me genera sensaciones positivas verla a usted como presidenta; y más cuando estamos en medio de una sociedad con un distintivo machista.

Además de servir para la preparación de diversos platillos, como los tradicionales chiles en nogada, postres, dulces, panes y hasta pulque, el piñón rosa ofrece a quien lo consume grandes beneficios debido a su valor nutricional: sus semillas contienen vitaminas y nutrientes esenciales para la salud, además de ser un verdadero deleite para el paladar.

Con queso y pan, puesta la mesa está.

“Coordinación e intercambio de información”.

“Benito Juárez cayó al quinto lugar en percepción de seguridad”.

“Entender la economía no tiene un momento: hay que estudiarla siempre”.

La antigua técnica japonesa de kintsugi, donde las fracturas de un objeto de porcelana roto se reparan con oro para resaltar sus cicatrices en lugar de ocultarlas, se convierte en una poderosa metáfora para hablar sobre las nuevas identidades de género en la contemporaneidad.

“¿Le gustará? Puede que no”.

Es tiempo de mujeres, sin duda. Sin embargo, aunque cada vez es más frecuente y sólida la participación de las mujeres indígenas en el ámbito político, estamos muy lejos de darles un verdadero acceso a derechos tan indispensables como salud, educación o justicia.

“Cuando las leyes no se aplican de nada sirve el esfuerzo”.

“Certeza, certidumbre y seguridad se deberán apuntalar”.