Un reciente diálogo entre los presidentes de China, Xi Jinping, y de Rusia, Vladimir Putin, sorprendió al mundo por salirse del guion estrictamente político: ambos conversaron sobre la existencia de avances médicos que permitirían a un ser humano llegar hasta los 150 años de vida.
Esa charla tuvo lugar hace unos días, cuando Putin se encontraba en Beijing como invitado especial para asistir al desfile militar por el 70 aniversario de la victoria china en la Segunda Guerra Mundial y para sostener reuniones bilaterales con Xi.
La visita formaba parte del estrechamiento de la relación entre Moscú y Beijing en un momento de tensiones con Occidente, con acuerdos en materia energética, infraestructura y defensa.
Fue durante uno de esos recorridos informales, mientras ambos líderes caminaban juntos hacia el desfile, que surgió la inesperada conversación. En lugar de centrarse únicamente en acuerdos militares, económicos o geoestratégicos, ambos líderes reflexionaron sobre un tema que parece sacado de la ciencia ficción: la posibilidad de que la biotecnología de órganos permita prolongar la vida humana hasta límites hoy insospechados.Xi recordó que “antes se decía que era muy raro vivir hasta los 70 años; y hoy en día se dice que a los 70 todavía eres un niño. Las predicciones dicen que, durante nuestro siglo, es posible que vivamos hasta los 150 años”.
Y fue más allá al hablar de órganos trasplantados que podrían mantener a las personas jóvenes, incluso abriendo la puerta a la inmortalidad.
Putin, por su lado, señaló que con el desarrollo de las biotecnologías los órganos humanos pueden trasplantarse continuamente. Las personas pueden vivir cada vez más sin envejecer e incluso alcanzar la inmortalidad. El mandatario ruso indicó que esa idea ya había sido discutida por figuras políticas como Silvio Berlusconi.
Que el tema surgiera en una conversación de alto nivel no es casualidad. China lleva años invirtiendo en biotecnología aplicada a la longevidad, con institutos dedicados a la regeneración celular y a la edición genética. Rusia, por su parte, ha promovido iniciativas privadas como el Proyecto 2045, que busca combinar biotecnología y neurociencia para prolongar radicalmente la vida.
Sin embargo, la conversación entre ambos abre una pregunta fascinante: ¿qué avances concretos se están logrando en biotecnología de órganos y qué implicaciones tendría para nuestra vida y sociedad?
Ingeniería de tejidos
La medicina regenerativa y la ingeniería de tejidos buscan una meta clara: reparar, regenerar o incluso reemplazar órganos dañados. Hoy miles de personas dependen de trasplantes, pero la escasez de donadores limita el acceso. Aquí entra la biotecnología: la creación de órganos cultivados en laboratorio a partir de células madre, bioimpresoras 3D y/o técnicas de edición genética como CRISPR (por las siglas en inglés de Repeticiones palindrómicas cortas agrupadas y regularmente interespaciadas).
Ya se han generado hígados y riñones en miniatura que funcionan en entornos experimentales. Y se han realizado trasplantes pioneros de órganos cultivados en cerdos modificados genéticamente. Si estas técnicas se perfeccionan podrían ofrecer un suministro virtualmente ilimitado de órganos.
Más allá de la medicina regenerativa, Xi y Putin insinuaron un horizonte más ambicioso: usar estas tecnologías no solo para salvar vidas, sino para extender la juventud biológica.
En otras palabras, no se trataría únicamente de curar, sino de rejuvenecer.
Órganos bioimpresos
La bioimpresión 3D permite “imprimir” capas de células vivas para formar tejidos que imitan a los naturales. Aunque todavía se está lejos de imprimir un corazón humano totalmente funcional, ya existen prototipos de tejidos cardíacos, piel artificial y cartílagos creados en laboratorio.
El gran reto es vascularizar los órganos —es decir, darles un sistema de vasos sanguíneos que los mantenga vivos y funcionales—, pero los progresos de los últimos cinco años hacen pensar que este obstáculo puede superarse pronto.

Xenotrasplantes y reprogramación celular
Otro campo con enorme potencial son los xenotrasplantes, es decir, el uso de órganos de animales modificados genéticamente para trasplantes en humanos. En 2022 y 2023 se realizaron los primeros trasplantes experimentales de riñones y corazones de cerdo a pacientes humanos, con resultados iniciales prometedores.
A la par, la reprogramación celular parcial ha demostrado revertir marcadores de envejecimiento en ratones, rejuveneciendo órganos como hígado y riñones. Si estas terapias llegan a los humanos, no solo se podrían reemplazar órganos, sino también rejuvenecer los existentes, retrasando enfermedades crónicas.
Desafíos éticos y sociales
El diálogo entre Xi y Putin también tocó fibras sensibles. Si es posible extender drásticamente la vida, ¿quién tendría acceso a estas tecnologías? ¿Se ampliará la brecha entre ricos y pobres? ¿Qué significará para las pensiones, la planificación urbana o la convivencia generacional que una persona pueda vivir 120 o 150 años en buen estado?
La biotecnología de órganos plantea preguntas éticas similares a las que trajo el descubrimiento de la energía nuclear: ¿se usará para beneficio de todos o solo de unos pocos privilegiados?
Horizonte de la longevidad
La visión de Xi, de órganos trasplantados que mantienen jóvenes a las personas, parece lejana, pero no imposible. Investigaciones en Estados Unidos, Japón y Europa muestran que el horizonte de los órganos cultivados en laboratorio podría ser real hacia mediados del siglo XXI.
Putin y Xi, al poner el tema sobre la mesa en una cumbre geopolítica, dejan entrever que la carrera por la longevidad no será solo científica sino también estratégica: el país que logre avances disruptivos en biotecnología de órganos podría liderar un nuevo capítulo de la humanidad.
Avances en biotecnología de órganos
(2000–2030)
2000 Primeros experimentos exitosos de piel cultivada en laboratorio.
2006 Desarrollo de células madre pluripotentes inducidas (iPS),
base de la medicina regenerativa.
2010 Bioimpresión 3D de tejidos simples como cartílago y piel.
2013 Miniórganos (organoides) de hígado y riñón creados para investigación.
2019 Primer corazón bioimpreso en 3D usando células humanas.
2023 Riñón biofabricado funcional probado en modelos animales.
2030 Proyección a futuro. Trasplantes clínicos rutinarios de órganos
fabrica dos en laboratorio.
Fuente: EFSA
Impacto esperado de la biotecnología en la longevidad
- Esperanza de vida mundial (2020): 73 años.
- Con mejoras médicas tradicionales (2040): 80 años promedio.
- Con terapias regenerativas y trasplantes biofabricados (2050, escenario optimista): 90 años promedio.
- Horizonte especulativo (segunda mitad del siglo XXI): rejuvenecimiento celular y longevidad activa más allá de los 100 años.
Fuente: Nature
Biotecnología de órganos: principales métodos
Ingeniería de tejidos
Usa células madre y andamios biológicos o sintéticos paracultivar órganos y tejidos.
Ya se han desarrollado hígados, riñones y tráqueas en fase experimental.
Potencial: crear órganos a la medida del paciente y reducir la dependencia de donadores.
Bioimpresión 3D
Impresoras especializadas colocan capas de células vivas para construir tejidos.
Avances: piel artificial, cartílagos y prototipos de tejido cardiaco.
Retos: lograr vascularización para que los órganos sean funcionales a gran escala.
Xenotrasplantes
Trasplante de órganos de animales a humanos, principalmente de cerdos modificados genéticamente.
En 2022 y 2023 se realizaron los primeros trasplantes de corazón y riñón con resultados prometedores.
Riesgos: rechazo inmunológico y transmisión de virus animales.
Reprogramación celular
Técnica que “rejuvenece” células y tejidos ya existentes en el cuerpo.
Experimentos en ratones han revertido marcadores de envejecimiento en hígado y riñones.
Meta: no solo reemplazar órganos dañados, sino retrasar el envejecimiento humano.
Fuente: NIH/Labiotech.eu