RÁPIDO Y SIMPLE

“Debemos eliminar la burocracia de las empresas e incentivar el pensamiento intuitivo y la creatividad”.

Ricardo B. Salinas
Columnas
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Quiero comentar sobre un libro del escritor y sociólogo Malcolm Gladwell, Blink, obra que se relaciona con una de las cualidades fundamentales de Grupo Salinas: rápido y simple.

Blink nos habla de la sección de nuestro cerebro que es capaz de procesar los problemas en un parpadeo de manera instantánea, sencilla y frugal. Sin esta capacidad mental, podríamos fácilmente perecer en situaciones de peligro o de competencia extrema en el entorno empresarial.

El libro nos narra, por ejemplo, la historia de un jefe de bomberos que al entrar a una casa a apagar lo que parecía ser un simple fuego en la cocina, ordena, sin conocer conscientemente sus propias razones, la salida inmediata de su equipo. Segundos después, el piso se desploma.

El jefe de bomberos salvó la vida de su gente porque su mente llegó a la conclusión

inmediata de que la razón por la que el fuego no respondía al chorro de agua y el piso estaba anormalmente caliente, entre otros factores, era que no se trataba de un típico fuego en la cocina, sino de un devastador incendio en el sótano (a nivel consciente, tardó mucho más en llegar a esta conclusión).

Nuestro cerebro, la máquina más prodigiosa que existe, es capaz de procesar grandes cantidades de información y llegar a conclusiones muy sofisticadas, de manera casi instantánea —y con una eficiencia en el consumo de energía que ninguna computadora electrónica ha podido igualar—. Este procesamiento se realiza a nivel subconsciente, por lo que, cuando nuestro cerebro opera en esta modalidad, no tenemos conocimiento de sus razones, pero de alguna forma, nos persuade a actuar en consecuencia. A este complejo mecanismo le llamamos “simple intuición”.

Acción

Precisamente porque opera en el subconsciente, el pensamiento intuitivo es difícil de verbalizar. Es por ello que muchas veces las juntas y los memorandos no reflejan lo mejor de lo que somos como profesionistas. El pensamiento más brillante y creativo de nuestros colaboradores no se manifiesta en documentos o en correos interminables. El exceso burocrático inhibe la creatividad y frena a las organizaciones.

Debemos eliminar la burocracia de las empresas e incentivar el pensamiento intuitivo y la creatividad. Gladwell nos dice que tratar de verbalizar siempre lo que pensamos puede inhibir nuestra capacidad intuitiva. Imaginemos por un momento a un futbolista explicando cada uno de sus movimientos al momento de jugar: muchas veces se trata de jugadas altamente creativas sin una explicación lógica inmediata. A la obsesión compulsiva por hacer esto se le llama de manera común “la parálisis por análisis”, es decir, la imposibilidad de reaccionar con rapidez por pensar una acción con la parte del cerebro equivocada. Las empresas no pueden pasar toda una vida analizando: deben actuar. El empresario, por definición, está volcado a la acción.

Pero, atención, no debemos optar por el otro extremo. El pensamiento intuitivo no es infalible. Blink nos habla de casos en los que este mecanismo llevó a conclusiones terriblemente equivocadas. Una vez que llegamos a una conclusión intuitiva resulta útil hacer un esfuerzo consciente por formalizar y documentar nuestro razonamiento, porque solo así podremos encontrar errores y comunicar nuestro pensamiento a otras personas.

También debemos hacer un esfuerzo consciente por mejorar la precisión de nuestro pensamiento intuitivo y desarrollar la capacidad de saber cuándo podemos y cuándo no podemos confiar en él. Esto se logra a través de la experiencia.

Vivimos en un mundo que asume que mientras más tiempo razonemos y consideremos nuestras decisiones, mayor calidad tendrán. Sin embargo, quien toma esto como válido se puede pasar toda una vida pensando sin actuar.

En la era del conocimiento es fundamental que las organizaciones se muevan con rapidez. Nuestro cerebro intuitivo puede llegar a conclusiones acertadas en segundos. Lo mismo aplica para las organizaciones: debemos educar y promover la capacidad de simplificar los procesos y tomar decisiones rápidamente. Y una vez que la decisión está tomada debemos poner en práctica un valor fundamental: la ejecución.