El segundo lugar del campeonato de pilotos de la Fórmula Uno sigue en el aire y claro que nosotros, los mexicanos, esperamos que Sergio Checo Pérez se haga de ese puesto que le permita gritar a los cuatro vientos que en la actualidad es —junto con su coequipero de Red Bull, Max Verstappen (bicampeón)— uno de los mejores pilotos del mundo en la categoría.
Mientras tanto, desde las entrañas de la escudería Red Bull reconocen que les encantaría hacer el 1-2, por lo que ahora la intención del equipo es apoyar al máximo a Checo para que gane ese segundo lugar general. Todo bajo una estrategia milimétrica.
Sin embargo, la pregunta que me hago en estos momentos, luego de lo que he atestiguado de Sergio Pérez, principalmente después de su enorme triunfo en el principado de Mónaco, es: ¿tiene la capacidad de aprovechar todas las condiciones que le dará su equipo para cumplir con el objetivo de obtener el segundo lugar del campeonato?
Mmm… La verdad, ¡no lo sé! Me encantaría decir que sí de manera contundente y tajante, pero no, no puedo.
Mis razones son las siguientes.
Si bien esta ha sido una temporada histórica para Sergio Pérez, a quien considero un buen piloto, me da la sensación de que a veces se la cree y otras no. De hecho, él en estos momentos no debería estar batallando tanto para hacerse del segundo lugar del mundial de la Fórmula Uno; es más, creo que al igual que Max debió haber amarrado desde hace rato el puesto sin que nadie le pise los talones, como lo hace Charles Leclerc de la escudería Ferrari, quien en lo general ha tenido un año para el olvido.
Sin embargo, aunque el equipo de Maranello, Italia, ha recorrido una temporada con muchos errores, ahora está ahí, con la oportunidad de sabotear los objetivos de Red Bull. Y mucho se debe a que Sergio Pérez no ha sido el más regular o constante en cuanto a resultados.
Por cierto, le invito a no creer ese cuento de que Red Bull no le entregaba el mejor auto a Checo Pérez: por el contrario, siempre tuvo un buen coche.
Semana crucial
Como ocurre desde 2015 en nuestro país, la Fórmula Uno se convierte en tema de conversación. Todos hablan al respecto, sin importar si realmente son aficionados o no, aunque eso ya es lo de menos: en todos lados hay villamelones.
Lo cierto es que este domingo en el marco del Gran Premio de México se espera que Sergio Pérez gane en casa, ante su gente, en medio de un Autódromo Hermanos Rodríguez que seguramente lucirá pletórico.
Y de ser así, espero que sea el detonante para que se inspire al máximo y tenga un cierre que le permita amarrar ese segundo puesto. Porque si no lo logra, para mí, sería un fracaso. Un tercer lugar general tendría un sabor agridulce.