¿Alguna vez has escuchado del trastorno de personalidad múltiple? Es una de las sicopatologías más representadas en la ficción. Por ejemplo, el extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde, pasando por El club de la pelea (novela escrita por el autor americano Chuck Palahniuk), el libro Sybil y la película reciente llamada Fragmentado, por nombrar algunos.
La enfermedad, también conocida como trastorno de identidad disociativo, se caracteriza porque una misma persona aloja distintas personalidades dentro de su mismo ser.
De acuerdo con la cuarta edición del Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-IV), este trastorno se define como “la presencia de dos o más que toman el control de la conducta de una persona de forma recurrente, teniendo cada una de ellas recuerdos, relaciones y actitudes propios”.
En realidad este texto no se trata realmente del trastorno de personalidades múltiples, pero me parece realmente fascinante y, por nombrar el tema, me surgen demasiadas dudas: ¿cómo es que en un cuerpo pueden habitar distintas personalidades?, ¿cómo es que una persona se puede presentar de manera diferente en muchas sociedades?
Tal vez por casualidades, he caído en cuenta de que hay un estudio que asevera que dependiendo de la red social en la que estemos nos presentamos como personas distintas. De acuerdo con una investigación llevada a cabo por el Penn State’s College of Information Sciences and Technology y la King’s College en Londres la mayoría de los adultos que navegamos en internet tenemos más de un perfil en sitios como Facebook, Twitter, Linkedin e Instagram.
Aunque todas estas redes sociales tienen un fin similar, como es conectar digitalmente con otros individuos, el estudio afirma que dependiendo de la red social en que estemos, nos exhibimos de manera diferente.
Corrientes
El estudio liderado por Dongwon Lee y Nishanth Sastry mantiene la teoría de que estas diferentes personas que aparecen en las redes sociales se deben al deseo instintivo y la cultura de pertenecer dentro de las normas éticas que dictan inconscientemente las redes. Por ejemplo, una foto de un platillo quizá sea interesante para Instagram, pero si la misma persona la sube a su perfil de Linkedin será cuestionada.
Para la investigación los expertos utilizaron datos de una base de más de 100 mil personas recopilada en el sitio about.me. Esta lista captura información de usuarios que voluntariamente se inscriben para donar su información. Tras analizar los perfiles y biografías de los participantes, los investigadores llegaron a la conclusión de que las personas se presentan de manera distinta dependiendo de cada red social.
“Las redes sociales consumen gran parte de nuestras vidas; por ello entender cómo interactuamos dentro de ellas nos ayuda a entender el mundo en línea y cómo nos relacionamos unos con otros. Los datos demuestran de manera sutil cómo a través de pequeños esfuerzos aún encajamos dentro de estereotipos dictados por género y edad, y estos forjan nuestra personalidad”, aseguran los expertos.
Tal vez para cada red social mostremos una distinta personalidad, ¿pero será que nos moldeamos al gusto de otros o realmente somos capaces de navegar con una corriente propia?