VALENTÍA PARA TRASCENDER

“No hay nada más deseable que lograr que el cambio en nuestro entorno favorezca a todos”.

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Columnas
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En un ambiente donde la discrepancia y la polarización campean resulta gratificante encontrar las coincidencias que nos definen y como faros marcan rumbo para los mexicanos. Una de esas rutas de concurrencia en la opinión es sin duda el deseo por un clima de bonanza colectiva en el que las próximas generaciones puedan encontrar un contexto propicio para desplegar sus cualidades y así labrar prosperidad en el más amplio sentido de la palabra.

Sin embargo el atavismo que se estimula desde la conformidad en muchos momentos es engrudo que mantiene a millones en la pasividad que no propone, que no involucra y que no permite el crecimiento. Crecer es en sí un acto que nos aparta del entorno que nos circunda y a veces nos mantiene en zonas de confort donde nada aportamos.

No hay duda, por otra parte, de que el mundo cambió diametralmente durante este periodo de aislamiento donde atesoramos aprendizaje y por igual reflexionamos en la reorientación de rutas en lo personal. En este mundo renovado no podemos, como lección aprendida, fomentar el distanciamiento de lo colectivo ni permitir con egoísmo generar microuniversos que solo defienden el territorio y la postura personal. Es un momento sumamente propicio para asentar condiciones que permitan un viraje en lo colectivo.

Es ahí donde es plausible un esfuerzo que, desde la aportación personal, permite la construcción de entornos que en lo colectivo fomentan y generan conciencia sobre el valor de la libertad, que asumen como una máxima la transmisión y socialización del conocimiento para fortalecer la cultura y estimular la creatividad de las ideas, que enaltecen el liderazgo con responsabilidad y sustento y que en conjunto son lagos generosos de innovación y prosperidad. Por ello la aportación, como construcción de un legado generoso, de un centro de conocimiento e innovación como lo es el Centro Ricardo B. Salinas Pliego nos obliga a detenernos en el camino para valorar lo que representa.

Generosidad

Vivimos en una época de inmediatez en que se buscan los atajos para encontrar caminos resueltos en vez de poner a prueba procesos mentales más profundos. Queda relegado por un mundo vertiginoso el cultivo de la inteligencia competitiva, en muchos casos por no encontrar las condiciones que reten y estimulen su florecimiento. Así, contar con una plataforma digital pública que aporta una oferta de valor pocas veces vista, donde las líneas de trabajo tienen que ver con aquellos ejes que precisamente son rubros vulnerables en el desarrollo de una nación, es una enorme oportunidad que democratiza el conocimiento y la formación.

El Centro Ricardo B. Salinas Pliego aporta a la sociedad una serie de contenidos ordenados donde se ahonda en temas como la legalidad, la educación, el arte y la cultura, el emprendimiento y la innovación, el liderazgo y la libertad. En este mapa tan vasto es donde bien se puede aprovechar la oportunidad que da un momento trascendente para propiciar un cambio de pensamiento mucho más crítico, participativo y comprometido con las causas que apuntalan la comunidad desde el valor y el ejemplo.

No hay nada más deseable que lograr que el cambio en nuestro entorno favorezca a todos aquellos quienes lo integramos porque, repito, lo sencillo sería quizá no hacer absolutamente nada y defender trincheras desde una perspectiva estrictamente personal.

Por ello la generosidad de esta contribución se subraya cuando podríamos estar inmersos en ese ciclo egoísta donde el empresario se ciñe al mero acto de generarse rentabilidad y riqueza. Es esta una muestra de que existen quienes trascienden esa frontera. La sistematización y armonía de los programas de valor de Grupo Salinas sin duda son una inversión hacia la sociedad, que redunda en horizontes promisorios para lo colectivo. Preocuparse y actuar en tal ruta ya constituye un real acto de valentía. Sin embargo hacerlo en un contexto donde el rencor social nos ha alcanzado con una pegajosa sinrazón es aún más reconocible. La contaminación de pareceres en un mundo en que las intenciones se disfrazan de conveniencia quizá sea natural. Pero en el otro polo existen quienes se atreven a trascender a pesar de lo pedregoso del camino; uno de ellos es Ricardo Salinas Pliego.

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