Ya vimos que las dos primeras formas de cash (“dineros” en efectivo que NO son dinero) son los billetes y las cuentas bancarias: los numeritos impresos en trozos de papel y los numeritos impresos en la pantalla de tu computadora y asignados a tu cuenta (otra serie de numeritos ligados a tu nombre). En ambos casos son meros dígitos virtuales sin existencia real, pero en general y en tiempos normales sirven razonablemente bien para el intercambio comercial.
Si los billetes son símbolos abstractos, tu saldo en tu cuenta bancaria es una abstracción a la segunda potencia; y la tercera forma de cash, los bonos gubernamentales, es una abstracción a la tercera potencia.
El primero es un vale según el cual el banco central te debe equis pesos; el segundo es otro vale, según el cual el que te debe esa cantidad es el banco en el que tienes tu cuenta; y el tercero es oootro vale según el cual el gobierno te debe esa otra cantidad.
Todos vales, pues, IOUs que otras entidades te prometen pagar. Eso es todo lo que “tienes”: certificados de deuda.
Los bonos, esas entelequias
Es en la tercera forma de cash, los bonos gubernamentales, donde todo se complica exponencialmente. Los bonos gubernamentales son otra forma de “dinero” constante y sonante (o cash) acerca de la cual solemos olvidarnos.
La mayoría de la gente maneja o guarda los dineros de su vida en cuentas bancarias (ahorros, de cheques, a plazos). Pero los bancos y las compañías grandes que tienen docenas o miles de millones de dólares no conservan su dinero en cuentas bancarias, al menos no la mayoría de esos montos (y ciertamente menos a partir de la imposición de tasas negativas de interés, en que tienes que pagar por mantener tu dinero en el banco): esas compañías e instituciones necesitan una forma alternativa a las cuentas bancarias, que ofrezca “seguridad” y “liquidez” (que se pueden cambiar por cash rápida y fácilmente).
Aquí es donde aparecen los bonos gubernamentales, que son generalmente considerados “equivalentes al cash”, especialmente en Estados Unidos. De hecho, los bonos del gobierno gringo son los más usados y los más líquidos del mundo. Los puedes comprar y vender al instante. Compañías, instituciones, bancos e incluso gobiernos extranjeros de todo el mundo compran estos bonos gubernamentales de EU precisamente debido a esta característica de equivaler al cash. Esto quiere decir que si el gobierno chino hace una transacción con algún gobierno africano por mil millones de dólares, pueden usar estos bonos de su reserva como currency.
Y aquí se presenta hoy un misterio. En los últimos meses muchos países en apremios financieros han reducido sus reservas en más de un anglotrillón de dólares en conjunto. O sea, han vendido bonos (principalmente de EU). Y la gran, gran pregunta es quién los está comprando; quién accede a convertir en cash-cash esos valores que no eran tan cash-cash. Este comprador guarda celosamente su identidad bajo siete llaves.