En la encrucijada

Por demasiado tiempo, las élites globales que nos controlan nos han mentido, engañado, robado, sometido.

Dinero fiat
Foto: Creative Commons
Columnas
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Dice Bix Weir que la situación mundial, y especialmente la de su país, ha llegado a una encrucijada: “Solo hay ya dos senderos posibles por los cuales encaminar nuestro futuro”.

El primer sendero, dice, es el de permitir a las élites continuar este loco afán por acumular poder y control que nos tiene como humanidad al borde del abismo. Este sendero promete un negro panorama en nuestro porvenir: destrucción de libertades, de estilo de vida, de toda prosperidad posible, de cualquier brújula moral.

Por demasiado tiempo, las élites globales que nos controlan nos han mentido, engañado, robado, sometido, a fin de encaramarse sobre nuestras espaldas para subir, subir, subir, en su enfermizo deseo por mantenerse en la cúspide de una infinita torre de ambiciones en la que caben cada vez menos y menos y menos de ellos, mientras el resto de la sociedad languidece en condiciones cada vez más injustas, pobres, reprimidas.

En esa insana carrera rumbo al precipicio somos cada vez más los que nos vamos quedando atrás.

El segundo sendero es radicalmente opuesto. Derruye y borra por completo el sicopático sistema de dinero fíat y sus ficticios palacios de riquezas de papel, sus dañinos baluartes de poder artificial y excluyente, y sus sádicos esquemas de gobernanza vertical y autoritaria que no pueden existir sino en un caldo de guerra permanente como el que vemos en el mundo desde 1914.

Destrucción creadora

Este segundo sendero puede ser, de hecho, el mayor evento de “destrucción creadora” que la humanidad haya presenciado jamás en toda la historia.

Como sabemos, la destrucción creativa “es un concepto ideado por el sociólogo alemán Werner Sombart y popularizado por el economista austriaco Joseph Schumpeter en Capitalismo, socialismo y democracia (1942). Con él describe el proceso de innovación que tiene lugar en una economía de mercado en el que los nuevos productos destruyen viejas empresas y modelos de negocios.

Para Schumpeter, las innovaciones de los emprendedores son la fuerza que hay detrás de un crecimiento económico sostenido a largo plazo, pese a que puedan destruir en el camino el valor de compañías bien establecidas.

El proceso de Destrucción Creadora, escribe Schumpeter con mayúsculas, ‘es el hecho esencial del capitalismo’, siendo su protagonista central el emprendedor innovador”.

En este posible segundo sendero de destrucción creadora todas las formas de “riqueza” electrónicas y de papel serían evaporadas en el aire en un nanosegundo, en un acto que sería vivido por muchos como una tragedia, pero que es indispensable para que la humanidad pueda acceder a un estadio superior mediante la nivelación del campo de juego a fin de reconstruir sobre bases sólidas y sensatas una estructura monetaria al servicio de los hombres y no al revés.

La sacudida sería más que severa, pero sería necesaria si queremos un mundo regido por el trabajo real, la honestidad, el respeto y la buena fe de todos hacia todos. ¿Nos atreveremos a tomar este segundo sendero del cambio verdadero y de fondo?

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