El artículo se titula Inglaterra experimenta un bache económico más grave que durante la Gran Depresión. Lo publicó Rowena Mason, en el Telegraph, el 25 de enero pasado.
“El desempeño económico reciente de Inglaterra es el peor desde que comenzaron los registros en la era pre-victoriana (o sea antes de 1837), informan los expertos (aparte de los dos periodos posbélicos inmediatos de 1918 y 1945)”.
Inglaterra no creció nada durante 2012. Algunos ministros del gobierno admitieron que el país “enfrenta graves, graves dificultades… Tanto el canciller George Osborne como Danny Alexander, secretario jefe del Tesoro, dijeron que aunque ellos no menosprecian la dimensión del reto, afirman que el gobierno está en ‘un sendero rumbo al arreglo de las finanzas públicas’”. ¿Qué otra cosa puede decir un político?
A pesar de ese optimismo, los analistas de la City (el distrito financiero de Londres) advirtieron que la economía “aún está en crisis”, más de cuatro años después del crac financiero del otoño de 2008.
Economistas del Royal Bank of Scotland (RBS) declararon también que los últimos cuatro años han producido el peor desempeño de un periodo no-posbélico desde que las estadísticas empezaron a ser llevadas en los 1830. Es peor que los años 1920, peor que la Gran Depresión. Incluso reconocen que la economía lleva largo tiempo en esta dirección, “por el tamaño de los problemas que afloraron en el crac de 2008”.
Las causas
El origen de este hoyo negro en la economía británica no es ninguna ciencia oculta. “Cuando experimentas un bache generado por altos niveles de deuda y tensiones en el sistema financiero, la historia nos enseña que tendrás recesiones mucho más profundas y prolongadas, y que las recuperaciones serán mucho más débiles”.
Y al respecto, el economista en jefe del RBS (que es básicamente propiedad del gobierno inglés) aclaró que es difícil lograr una recuperación cuando buena parte del mundo enfrenta retos similares. “Comparada con otra recesiones previas, esta ocurre en todo el globo. No hay una manera sencilla ni rápida para salir del problema exportándolo a otras naciones”. Precioso cinismo, ¿no te parece?
Respecto del “remedio” tantas veces recomendado cuando fueron “otras” naciones las del problema, la austeridad gubernamental -dicen hoy las autoridades inglesas- “tienen un alcance limitado”. Y el Banco central ya advirtió que tendrá que subir las tasas de interés si el gobierno renuncia “demasiado” (¿) a dicha austeridad. “Hay oportunidad para una muy modesta expansión fiscal (más gasto o recortes impositivos), pero el gobierno tiene que equilibrar esos ajustes con movimientos compensatorios en las tasas de interés”.
Aunque la situación inglesa está llena de interrogantes (por ejemplo, si Inglaterra ya cayó o no en una nueva etapa recesiva), dijo Tony Dolphin, economista en jefe de IPPR (Institute for Public Policy Research), “lo único que sabemos de fijo es que hoy la economía enfrenta una triple crisis: estancamiento, deuda y desequilibrios”.
Pero los sumisos medios tradicionales insisten en señalar nada más a Grecia y España.