UN MUY BREVE ENSAYO SOBRE LA COLONIZACIÓN

“Preocupa que todavía impere dicho pensamiento como parte del neocolonialismo”.

Ignacio Anaya
Columnas
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Tanto en África como en América Latina compartimos un proceso que terminó construyendo tradiciones, dicotomías, categorías de pensamiento y estereotipos que cambiaron las formas de vida, destruyendo o esforzándose por eliminar las pasadas. A esto se le conoce como la colonización.

Ya sea que su duración haya sido de casi 300 años como lo fue en América Latina o de menos de 100 en el caso de África los efectos de los respectivos periodos coloniales terminaron penetrando más allá de los límites temporales que la historiografía tradicional ha marcado con las independencias.

¿Qué ocasionó que elementos del colonialismo subsistan incluso después de la independencia tanto de África como de América Latina? Una pregunta difícil de responder, pero que invita a una reflexión para pensarnos a nosotros mismos desde la colonización y descolonización. Varios autores han abordado el tema desde diferentes perspectivas y distintos espacios de enunciación; ambos, elementos que permiten abrir el diálogo y el debate.

En 1884 se llevó a cabo el Congreso de Berlín, donde los territorios africanos se repartieron entre las distintas naciones europeas. Este acontecimiento se adentra en lo que se conoce en la historia como la Era del Imperialismo. La implementación del capitalismo en las sociedades africanas trajo consigo el ocultamiento de los distintos modelos africanos que imperaban antes de la llegada de los europeos.

Obviamente no faltaron quienes defendieron la colonización, aquellos que utilizaron los progresos materiales para manifestar los efectos positivos del colonialismo en África y América Latina; defensores de la idea del progreso traído por las potencias extranjeras. Preocupa que todavía impere dicho pensamiento como parte del neocolonialismo.

Respuesta

Acertada resulta la declaración del teórico Aime Cesaire (1955), una crítica que considero pertinente aún: “Me bombardean con hechos, estadísticas, kilómetros de carreteras, de canales y de vías férreas. Yo hablo de millares de hombres sacrificados en el Congo Océano… Hablo de millares de hombres arrancados de sus dioses, de sus tierras, de sus costumbres…” Una respuesta directa y concisa del teórico martiniqués que refleja la imposibilidad de hacer una comparación entre los pros y los contras sobre tal fenómeno.

Resulta pertinente analizar desde dónde deben provenir los cambios para lograr pensar en una verdadera descolonización. Es una realidad que la colonización penetró en diferentes campos; uno de los más importantes fue el de la educación. El filósofo Achille Mbembe (2005) es partidario de una completa reestructuración de la manera en que se imparten las clases en las universidades, puesto que esta mantiene como base un modelo pedagógico occidental ya obsoleto. En lugar de dicho modelo Mbembe apuesta por una universidad donde puedan encontrarse distintos públicos en nuevas formas de encuentros que a su vez puedan convertirse en puntos de convergencia, así como en plataformas para diferentes tipos de conocimientos.

Habría que preguntarse qué tan factible es aplicar dicho modelo a una mayor escala.