El pasado miércoles 14 el pleno de la Cámara de Diputados decidió por un muy amplio margen de votación —426 a favor, solo 14 en contra y una solitaria abstención— reformas a la integración del Consejo General de Investigación Científica, Desarrollo Tecnológico e Innovación para incluir a los secretarios de la Defensa Nacional y de la Marina-Armada de México. Se turnó al Senado para su promulgación definitiva.
Se trata sin duda de una importante y positiva decisión que permitirá al país lograr objetivos que garanticen las condiciones para fijar metas para el desarrollo del país conforme a las necesidades específicas.
Las principales democracias liberales cuentan con distintos organismos cuyo principal objetivo es dinamizar de forma sincrónica y compartida los esfuerzos de la industria, sustentada en los avances que desde el sector educativo establecen las bases de la ciencia y tecnología conforme a programas y políticas, en este caso con aplicación en primera instancia militar.
Debo aclarar que no se trata de una medida que tenga como prioridad o que condicione al sector referido por criterios en exclusiva de aplicación militar. Como le consta al país el decidido apoyo y compromiso del sector salud militar es crucial para procesar los graves desafíos que implica la epidemia.
También el desarrollo de carreras dentro del sistema educativo militar es de alto valor y aportación para las ciencias, como son las disciplinas relacionadas con la Medicina, la Biología, la Aeronáutica, la fabricación de drones, la tecnología aplicada a la construcción de embarcaciones para garantizar la vigilancia y soberanía de los mares, además del desarrollo de la Ingeniería y de la industria del vestido, sin dejar de lado el estratégico sector aeroespacial y satelital, por mencionar algunas de las muchas actividades donde convergen la ciencia, la tecnología, la industria y la educación.
Apoyos
Los múltiples convenios de colaboración con la Universidad Nacional Autónoma de México o con el Instituto Politécnico Nacional, por ejemplo, para el perfeccionamiento de la transmisión de imágenes en la predicción del clima, permiten sobre todo salvar vidas, como ha venido sucediendo en los últimos casos, pero también se traduce en los dinamizadores de las economías a nivel local. Tal como sucede con la Armada, que cuenta con astilleros y talleres de reparación para sus embarcaciones.
Asimismo, y muy importante, la decisión de la Cámara de Diputados del pasado día 14 permitirá igualmente organizar mejor los recursos y necesidades de un sector cuyos impactos sobre la economía (generación de empleos, pago de impuestos, atracción de inversiones) también colocarán a México en los primeros lugares en cuanto a los avances tecnológicos y científicos en áreas como la informática, la seguridad en las redes digitales de comunicación, así como la aplicación en la vigilancia y supervisión de aduanas terrestres, marítimas y aéreas, lo que significa un apoyo importante a la seguridad interior y pública del país.
Por lo que hace al sector industrial la incorporación de las secretarías de Defensa y Marina aporta un recurso ya instalado cuyas aportaciones para alcanzar determinados objetivos será determinante.
Así, los cuatro sectores mencionados en el título de esta colaboración contarán con una plataforma compartida para el desarrollo soberano e independiente, lo que sin duda es una buena noticia.