Crisis del PAN, ¿crisis del Pacto?

La desavenencia entre Gustavo Madero y Ernesto Cordero puede tener consecuencias negativas en la evolución del Pacto por México.

Gustavo Madero, dirigente nacional del PAN
Foto: Internet
Columnas
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Tiempos de turbulencia política. Y no se confunda. El desencuentro entre el dirigente nacional del PAN, Gustavo Madero, y el senador Ernesto Cordero, trasciende por mucho una pugna interpersonal e incide en el proceso político nacional en su conjunto.

El conflicto data de hace meses. De alguna manera se gestó desde que algunos colaboradores muy cercanos del ex presidente Felipe Calderón pasaron a formar parte de la lista de representación proporcional al Senado de la República.

Durante la campaña electoral de 2012 se tensó la relación entre Calderón y el presidente de su partido; ello ocasionó que entre el grupo calderonista —sin que esto sea peyorativo, ya que algunos de ellos se llaman a sí mismos como tales— y su dirigencia nacional hubiera un relativo alejamiento.

Aun cuando era facultad del presidente del PAN nombrar al coordinador del Grupo Parlamentario en el Senado, la real politik se impuso y Ernesto Cordero se convirtió en coordinador de su grupo y, por tanto, en presidente de la Mesa Directiva.

La nueva administración del presidente Enrique Peña Nieto comenzó con el Pacto por México acordado en principio por los dirigentes nacionales de las tres fuerzas políticas más importantes del país. En el marco del Pacto se convinieron diversas iniciativas legislativas que se aprobaron con cierta prontitud en la Cámara de Diputados y con una deliberación más detenida, pero también finalmente aprobadas, en la Cámara de Senadores.

Saldo

En apariencia, la gota que derramó el vaso en el conflicto entre el presidente del PAN y el senador panista se derivó de que Ernesto Cordero presentó una agenda mínima de 30 puntos de reformas políticas y electorales junto con el coordinador de los senadores perredistas, Miguel Barbosa; presentación que, todo indica, Cordero no consultó con su dirigencia nacional ni estaba en el cronograma del Pacto por México.

En uso de sus atribuciones, Gustavo Madero tomó la decisión de remover al senador Cordero de la coordinación del Grupo Parlamentario. Lo que Madero no pudo hacer fue removerlo de la presidencia de la Mesa Directiva, ya que fue electo por todo el Senado, no solo por un partido.

El saldo es que 24 senadores se alinearon con Ernesto Cordero, de los 38 que integran el Grupo Parlamentario del PAN. Un Grupo Parlamentario partido en dos, pues los otros 14, incluyendo al coordinador que sustituyó a Cordero, respaldaron la decisión de su presidente nacional.

¿Cuáles son las consecuencias para el resto de las otras fuerzas políticas y para el Pacto por México?

A lo largo de los seis primeros meses de vigencia del Pacto se vino gestando una negociación entre el Senado del PRI y el Senado del PAN, todo ello entre interlocutores válidos. A lo largo de estos meses de intenso proceso legislativo, el PAN no ha votado en forma dividida sino en bloque, lo que hacía de este grupo un actor válido y confiable en la negociación política.

Lo ocurrido ahora significa que si más adelante el gobierno de EPN pretende procesar reformas constitucionales, encontrará serios obstáculos para lograr votaciones de mayoría calificada. Este es uno de los saldos de la remoción de Ernesto Cordero.

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