Uno de los temas que más nos interesa indagar es la violencia contra las mujeres. En primer lugar porque al verse violentadas toda la estructura familiar y social se pone en entredicho por la falta de acción y de aplicación de medidas de prevención y protección efectivas.
En segundo lugar porque durante el inicio de la pandemia en 2020 la violencia intrafamiliar sufrió un drástico incremento, aunado a las complicaciones que el mundo vivía por la cuestión sanitaria. Datos que en todo ese tiempo no cedieron.
Durante los primeros cinco meses de 2021, de acuerdo con el Informe de la Alerta por Violencia contra las mujeres en la Ciudad de México, se registraron más de once mil delitos de violencia familiar y más de 830 casos por violación, cifras que rebasan las del año anterior.
Algunos datos muestran que bajaron mínimamente los feminicidios, pero el sentir social dicta que la vulnerabilidad a las mujeres aún representa un grave problema y que la poca atención de los gobiernos se convierte en un lastre con el que ya no podemos continuar.
Los discursos políticos están plagados de palabras, pero de nulas acciones. En materia de leyes el reconocimiento de los derechos es esencial para la construcción de una verdadera igualdad ante la ley y una mejor protección jurídica. Sin embargo, esto debe ir más allá; es decir, se debe buscar la justicia efectiva, porque de no tener resultados, como efecto dominó, las familias se ven fracturadas y vulneradas ante los casos que quedan impunes.
Grave problema
Un claro, trágico y desconsolador hecho que conmovió a la ciudad una vez más fue el caso de Polly Olivares, una chica a la que, al salir de una fiesta de cumpleaños, un sujeto estólido y con el deseo de poder y dominar arrolló brutalmente con su automóvil, al igual que a su amiga Fernanda. Ambas sufrieron lesiones de gravedad.
La más afectada fue Polly, quien durante 20 días estuvo debatiéndose entre la vida y la muerte, pero no resistió más y falleció.
El culpable está ya en proceso por feminicidio y enfrenta una alta pena que tendrá que cumplir.
La violencia contra las mujeres no cede y cada día va más en aumento. Tanto los gobiernos como la sociedad civil debemos poner un freno y concientizar a todas las personas para así tener y consolidar una sociedad más justa, con mujeres empoderadas, con el pleno respeto de los derechos humanos, así como el fortalecimiento, el desarrollo y el progreso de las familias, las comunidades, las sociedades, las instituciones y los gobiernos.
Palabras que nos sirven para concientizar a los demás nos sirven para unir a todas las personas contra la violencia, ese obstáculo social que sigue siendo un grave problema en el mundo y que deja víctimas innumerables.
Recordemos las palabras de Michel Bachelet: “La violencia contra la mujer, en todas sus formas, es una violación de los derechos humanos”.