Hoy el mundo necesita verdaderos políticos que sean líderes, negociadores, audaces, empáticos, que dejen de lado todo egocentrismo, palabrería y cerrazón, dispuestos a hacer los cambios que necesitamos como seres humanos, como sociedades y como naciones, especialmente para enfrentar esta gran pandemia que parece resurgir con más fuerza.
Durante meses nos hemos ido readaptando a una nueva realidad, compleja no solo por la cuestión de salud sino también por las afectaciones a la vida pública, el distanciamiento social o la actividad económica que no puede parar.
Alemania durante los meses más críticos de la pandemia ha sido uno de los países que marcó los derroteros en distintos ámbitos. Por ejemplo, de los primeros en abrir nuevamente las tiendas, los acuerdos con la liga de futbol profesional para reanudar su campeonato, la gestión ante las inmigraciones y hoy, con una nueva ola de contagios y una próxima elección, aplicar frenos de emergencia con distintas medidas preventivas.
Precisamente el gobierno alemán respaldó que la contención y buena gestión se ha logrado gracias a los acuerdos con los 16 estados federales, en principio por trabajar de manera regional y local.
Mucho de ello fue gracias a la gran capacidad negociadora de una de las mujeres más poderosas del mundo, la canciller Angela Merkel, quien es consciente y preocupada porque las decisiones que toma indefectiblemente traen consecuencias a su país.
Tiempos difíciles
La canciller alemana ha demostrado tener un estilo particular y sensibilidad en las negociaciones y en la gestión de las diversas problemáticas sociales, con los inmigrantes, con la oposición cerca de las próximas elecciones, o con la crisis sanitaria que hoy augura meses muy difíciles, donde se tendrán que construir acuerdos y tomar acciones.
Al respecto se busca detener brevemente la actividad por el incremento de los contagios, a punto de no permitir celebrar el Congreso federal que deba definir la jefatura del partido y encauzar a las candidaturas a las elecciones del próximo 2021.
En las últimas semanas los contagios han aumentado de manera exponencial, por lo que se habla de un nuevo confinamiento y medidas más restrictivas que protejan a los ciudadanos pero que siempre estén fundamentadas.
Con esta crisis las sociedades y las personas debemos aprender y encontrar nuevas formas de solucionar los problemas mediante acuerdos. Sin buscar ser alarmista, la situación es compleja. Ya se registran avances con la vacuna, pero aún no se tiene. Vienen tiempos difíciles en la salud, en la justicia, en la economía.
A manera de corolario, como dice Alan Kay: “La mejor forma de predecir tu futuro es construirlo”.