Pues ninguna delegación se escapa: en todas, al amparo de la Norma 26 para vivienda popular, las constructoras han violado a su gusto las reglas de construcción levantando en cambio casas de lujo sin que autoridad alguna sé dé por enterada.
Es el caso también de la delegación Álvaro Obregón, donde la corrupción brota por todos lados: otorgó permisos ilegales y certificados de zonificación apócrifos. ¿Qué le parece? ¿Respetar la ley? ¿Como para qué?
Los asambleístas María de los Ángeles Moreno Uriegas, del PRI, y Gabriel Gómez del Campo, de Acción Nacional, coinciden en señalar que “en respaldo a los vecinos de San Bartolo Ameyalco” integran pruebas de presuntos actos de corrupción del ex delegado perredista Leonel Luna Estrada “para presentar una denuncia penal en su contra”. ¿Qué tal, eh?
Como usted sabrá, el delegado Luna solicitó licencia. Sí, para contender por una diputación local: necesita fuero para evadir cualquier cosa que se pudiera presentar, puesto que sabe lo que hizo. Se la jugó, pues.
La diputada Moreno Uriegas deplora que en el Distrito Federal “se viva una catástrofe en materia de desarrollo urbano porque los constructores han aprovechado los vacíos legales de la Norma 26, actualmente suspendida, para construir a diestra y siniestra con apoyo de autoridades delegacionales. Y lo más grave es que se levantan construcciones en zonas de riesgo, lo que aumenta la vulnerabilidad de la población”.
Lo curioso es que, en caso de algún desastre natural la ciudadanía, esa que los delegados no respetan, es la que siempre sale al frente para ayudar a sus semejantes. Lo hemos vivido, por supuesto.
“En lo que se refiere a San Bartolo Ameyalco no se respetó el manejo de los recursos naturales del pueblo. El agua que abastecía a todo el pueblo se entubó para llevársela a mejores clientes, de zonas con mayores recursos, y tratan de distribuirla a través de una revolvedora”, dice la legisladora del tricolor.
Muchos deben recordar el enfrentamiento que hubo. Por supuesto el delegado Luna Estrada se hizo la víctima. Y, por cierto, todavía hay personas del pueblo encarceladas. ¿Hasta cuándo? ¡Quién sabe!
Mientras, el diputado local Gómez del Campo reconoce “que esos hechos son la cereza de la corrupción en la administración de Luna, quien en colusión con otras autoridades otorgaron todo tipo de permisos ilegales, así como certificados de zonificación apócrifos”. Qué grave señalamiento, pero en tiempos electorales se necesita dinero. Solo con eso se ganan elecciones, que no son nada baratas. En cada proceso se encarece más el voto. ¿Y de dónde? A poco alguien lo ignora. ¡Por favor!
“Por el momento hay algunos casos de suspensión temporal de algunas obras. Es obvio que por fines electorales, para evitar reclamos del electorado, cuando saben que es la única forma de lucrar en época de elecciones”, dice Gómez del Campo. Y tiene razón: para que no se molesten sus electores clausuran luego de tantas demandas, pero después de junio seguirán las obras, pues el negocio es el negocio, ¿eh?
El bolso de Laura…
Y mire nomás: hay legisladores que andan buscando conseguir que se castigue a los responsables del desastre de la Línea 12. Coinciden en que cambios caprichosos del proyecto propiciaron el desgaste de los trenes y que es un fraude a los ciudadanos el ventajoso contrato de 18 mil millones de pesos que seguimos pagando todos. ¡No es justo! Ojalá lo logren, pero no será fácil… Pues como que el Instituto Electoral del DF está dando su ayudadita a los partidos políticos. ¿Cómo? Despejando el camino, eliminando a los aspirantes independientes. Otra que queda fuera es Lorena Osornio, quien aspiraba a la delegación Cuauhtémoc. No se le hizo. Ni modo… Diputados del sol azteca rechazan blindar los apoyos que se otorgan a diversos grupos de personas durante las campañas, con el argumento de que no se debe afectar a las personas por el proceso electoral. Ah, pero en otras entidades ni que se les ocurra. ¡Incendian el país!...