EXAGERADA, NUESTRA EXPECTATIVA DE LA LIBERTAD

La biología determina mucho de lo que hacemos.  

Hector González
Columnas
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¿Existe la libertad? Si nos atenemos a la ciencia y al Derecho la respuesta no resulta sencilla y en ambas direcciones tiene sus asegunes. Gerardo Laveaga, abogado y director del Instituto Nacional de Ciencias Penales, defiende su existencia a la vez que nos invita a no idealizarla.

—¿Cómo entiende la libertad?

—Como la capacidad de elegir pero siempre restringida por varios elementos, entre ellos el biológico: podemos escoger subir o bajar, mas no volar. Nuestras elecciones están limitadas por nuestras características físicas. Después tenemos límites de carácter social o económico. Nuestra libertad está restringida por donde quiera que la mires.

—¿Entonces no existe la libertad?

—Hay quien la niega. Se hizo un experimento en que conectaban a los voluntarios a un aparato. Antes de cualquier movimiento se les pidió a los participantes que dijeran cuál sería ese movimiento. Sin embargo, anterior a su respuesta, los investigadores ya lo sabían gracias a un aparato que captaba esa información desde el cerebro. Este caso ha sido usado por muchos autores, como Antonio Damasio, quienes aseguran que no existe. Yo creo que la libertad existe y me considero un defensor de ella, solo que es mucho menos amplia de lo que nos lo hacen creer los poetas y los autores románticos.

—¿Las leyes constriñen la libertad?

—Las leyes están para constreñir la libertad y eso me parece terrible. Cada vez tenemos más restricciones. El Estado, que en principio era un coordinador, se ha vuelto pretencioso. Soy partidario de un Derecho mínimo. Me asusta la proliferación de normas que intenten constreñir la libertad. Y no hablo de México sino de todo el mundo.

—¿Todo es regulable?

—Todo puede ser regulable; desde luego puedes pensar lo que quieras, pero si te matan ya ni pensar puedes.

—¿Cuál es la diferencia entre libertad y libertinaje?

—Ese es un juego de palabras. Decía Aristóteles: “Hay reyes y tiranos”, pero nunca definió bien quién es quién. Hobbes, en cambio, lo definió de manera impecable: “El rey es el tirano que nos gusta; el tirano es el rey que nos disgusta”. Al final es algo subjetivo y podemos aplicar lo mismo para diferenciar libertad y libertinaje. Ejercicio de mi libertad podría ser intentar ejercer mi derecho a drogarme pero para alguien más esto puede ser libertinaje. Volvamos a lo biológico: la homeostasis es nuestra capacidad de adaptación al medio y esta varía conforme al individuo. Alguien puede necesitar un estimulante para sentirse bien. La libertad no es un tema jurídico, puede serlo pero básicamente consiste en elegir lo que nos hace sentir bien. El problema viene cuando lo que me hace sentir bien afecta los intereses del otro. Ahí sí interviene la ley.

—En el caso de la despenalización de ciertas drogas ¿cree en la libertad de elección?

—Uno es el tema biológico y otro el jurídico. ¿Por qué no se prohíbe el alcohol y sí la marihuana? Si en este momento se quisiera proteger a los niños y a los jóvenes se tendría que prohibir el alcohol. Wilson lo quiso hacer en 1920 y fue un desastre porque se crearon las mafias y el mercado negro. No funcionó porque fue una prohibición que atentaba contra la biología de las personas. Ambas sustancias dañan pero es peor el alcohol.

—¿Se pueden regular las redes sociales sin atentar contra la libertad de expresión?

—La libertad de expresión tiene que regularse. No puedo decir todo lo que quiera cuando yo quiera. Puedo opinar pero con fundamento y esto lo debe regular el Derecho.

—¿Estamos preparados para una regulación en este sentido?

—Depende de cómo se regulen. Yo soy promotor de que se derogue el tipo penal sobre los insultos y la difamación. Me parece un asunto de carácter civil.

—En un umbral idóneo de libertad ¿qué tan alejados estamos?

—En este como en muchos ámbitos tenemos una amplia ventana de oportunidad. No hay país con una normatividad adecuada para las redes sociales. La libertad de prensa es algo que se va midiendo sobre la marcha. Por supuesto, todo es perfectible, como también todo derecho debe tener ciertos límites.

—¿El sistema penal rehabilita a los presos?, ¿coartar la libertad ayuda?

—Sabemos que no. En el futuro los jueces serán químicos y farmacobiólogos. El abogado aplica lo que dice el libro. El farmacobiólogo analiza las sustancias que nos hacen actuar de tal o cual manera. La oxitocina determina nuestro grado de apego a otras personas. Hicieron un experimento fantástico en la Universidad de Emory con dos tipos de ratones: de campo y de montaña. El primero tiene mucha oxitocina y el segundo nada. El experimento muestra a cada uno junto a su prole. Un doctor los sacó de su ambiente por tres días y al regresar el ratón de campo fue recibido con afecto por parte de su familia. En cambio los hijos del ratón de montaña ni se inmutaron. El estudio también dejó ver que el ratón de campo es monógamo y el de montaña no. ¿Esto lo determina la libertad o la oxitocina? Uno no elige la sexualidad: la preferencia parte de una cuestión química. La biología determina mucho de lo que hacemos. Nuestra expectativa de la libertad es exagerada.

Perfil

Gerardo Laveaga nació en la Ciudad de México en 1963. Jurista y escritor, cursó la carrera de abogado en la Escuela Libre de Derecho. Es maestro en Derecho por la Universidad Iberoamericana y tiene estudios de posgrado en la Universidad de Londres. Actualmente imparte las cátedras de Teoría del Estado y Derecho penal en el ITAM. Ha ocupado cargos como la Dirección General de Comunicación Social de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Actualmente es director del Instituto Nacional de Ciencias Penales. Entre otras distinciones ha recibido el Premio Nacional de la Juventud en 1985, el Premio a la Excelencia Maestro Jesús Reyes Heroles 1995 y el Premio Nacional de Periodismo José Pagés Llergo 2006. Ha publicado los libros La democracia y sus quimeras, El sueño de Inocencio, Justicia y Si tú quieres moriré.