“ALGUNAS MUJERES TAMBIÉN EJERCEN VIOLENCIA DE GÉNERO”

Carolina Agoff Boileau

Martha Mejía
Columnas
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Doctora en Sicología por la Universidad Libre de Berlín y actual investigadora del Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias (CRIM) de la UNAM, Carolina Agoff Boileau explica por qué los entornos rurales son más propicios para que algunas mujeres, como suegras y cuñadas, también ejerzan violencia de género.

—¿Por qué mujeres ejercen violencia hacia otra mujer?

—En la investigación Violencia de género en comunidades indígenas encontré, junto con Sonia Frías Martínez, secretaria académica del CRIM, un dato relevante: el papel de la suegra como perpetradora de actos violentos en contra de la nuera, además de que el valor de la familia política puede estar por encima de la integridad de quien sufre agresiones de su pareja.

Se trata, explica, “de una violencia no específica, relacionada con acciones de tipo verbal, insinuaciones, desprecios, rumores y chismorreos sobre la conducta pública de la esposa joven del hijo. Esta violencia se ejerce para asegurar el sistema patriarcal; es decir, las motivaciones de la violencia de estas mujeres no responden a conflictos de naturaleza personal sino que son reflejo del sistema patriarcal donde la suegra es la principal aliada de su marido y de su hijo, en el sentido de que ella ayuda a que la función del varón, del patriarcado, exista”.

En este sentido, puntualiza Agoff, “es importante que cuando pensemos en la violencia de género no visualicemos únicamente esa imagen del hombre perpetrador de violencia: también es importante observar el entorno social que hace posible que exista esta violencia de pareja o que la propicie, en este caso las suegras diciéndole al hijo ‘Vi a tu mujer haciendo un acto o una conducta indebida’. Así ella propicia que el hombre la golpee, agreda o establezca ciertas condiciones hacia su pareja”.

Visibilizar

—¿En qué consiste la estructura patriarcal?

—En el caso particular de las comunidades indígenas en México, en este tipo de sociedades el patriarcado se define como la subordinación al varón, la residencia y la propiedad. Ellas (suegras, nueras y hasta concuñas) quieren asegurar lealtad con el varón que trae dinero a la casa. Asimismo, está en juego la decencia, que la mujer joven no ponga en riesgo el honor de la familia política a la que se integra. Su mala conducta también tiene que ver con la reputación sexual. Por ejemplo: la nueva esposa no debe provocar a los hombres, ni acudir a los centros de salud con el propósito de planificar su familia; es decir, hay un control estricto sobre su conducta pública que, en general, ejerce la suegra porque el marido está trabajando.

Un dato relevante “es que de acuerdo con la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares 2016 aproximadamente 42% de mujeres, quienes se casaron o iniciaron su actual o última unión, se fueron a vivir con los padres u otros parientes de su marido o pareja”.

Cabe mencionar que este tipo de arreglos co-habitacionales “tiene lugar en múltiples sociedades del mundo, no solo en México; por ejemplo, en el sudeste asiático y los países musulmanes. Es aquí donde el sistema patriarcal se apoya sobre todo en la subordinación hacia el varón, que puede ser el de más edad o en este caso el joven”.

—¿Qué hacer?

—De forma individual se debe buscar que estas jóvenes parejas tengan un lugar para cohabitar distinto al de la familia del esposo. A nivel de políticas públicas o de discursos, estos deben ser mensajes claros sobre que existen diversas formas en las que se expresa la violencia de género y una de ellas, que aún no está visibilizada, es justamente esta que se ejerce con la ayuda de otras personas del género femenino del mismo entorno.