Katya Echazarreta

“QUE LAS MUJERES LLEGUEN A LA LUNA Y A MARTE”

Copia de COLUMNAS (1920 × 1080 px)-20.png
Martha Mejía
Columnas
Share

El 4 de junio de 2022 Katya Echazarreta, ingeniera eléctrica, exlíder de proyectos de la NASA, logró una hazaña hasta entonces nunca vista: ser la primera mexicana en ir al espacio en un viaje que formó parte de la misión espacial Blue Origin.

La jalisciense (con doble nacionalidad: mexicana y estadunidense por su residencia) platica en entrevista exclusiva cómo logró empoderarse dentro de la comunidad STEM (Science, Technology, Engineering and Mathematics), que hoy dominan mayormente hombres, y cuál es el mensaje que quiere replicar para empoderar a todas las mujeres.

—¿Cómo llegaste a la NASA?

—Desde muy niña la NASA siempre fue mi meta. Creo que lo decidí cuando iba en la primaria: que iba a ser ingeniera para naves espaciales. Ya en Estados Unidos, luego de terminar la preparatoria, estudié Ingeniería Electrónica en la Universidad de California. En ese tiempo trabajé de todo: en un McDonald’s, dando asesorías, cuidando perritos… en todo lo que se pudiera. Eventualmente me dieron dos becas completas; una de ellas fue la Jack Kent Cooke; con ellas pagaba no solo la escuela, sino toda la manutención.

Poco después, relata, “conseguí mi primera pasantía en la NASA. Fueron diez semanas que se alargaron innumerables veces hasta convertirse en un trabajo de tiempo completo. Después de un año de haber ingresado a la NASA, ya era líder de electrónica para el telescopio SPHEREx y líder de pruebas para el orbitador Europa Clipper. De ahí que sea fundamental que tu trabajo hable por ti”.

Actualmente la joven de 27 años trabaja en su maestría en Ciencias en Ingeniería Eléctrica e Informática en la Universidad Johns Hopkins.

También participa en la serie de YouTube Netflix IRL y en Electric Kat en el programa de CBS Mission Unstoppable, mientras escribe su primer libro.

Cosmos

—¿Cuál es la sensación al estar en el espacio?

—Es una experiencia muy difícil. Está la cápsula arriba del cohete, pero en segundos escuchas cómo se separa; es un ruido increíble, y después empiezas a flotar. Son tantas cosas que sientes a nivel físico, de tus órganos y tus sentidos, pero también estás viendo al planeta. Es algo totalmente increíble.

—¿Cuáles son los principales retos que enfrentan las mujeres que trabajan en la ingeniería espacial?

—El principal reto son los hombres en la ingeniería: desafortunadamente hay muchos que te obstaculizan. No solo en el ámbito familiar, sino también en el profesional: profesores, jefes, supervisores; es decir, personas que se supone deben apoyarte y enseñarte, pero son las primeras que no quieren que estés ahí. Y no nada más lo piensan, sino que lo reafirman con sus acciones. Por ejemplo, no te dan proyectos grandes para que puedas desarrollar tu carrera; te dan puras cosas chiquitas para que no vayas a “estar estorbando”; y en los casos más serios pueden ejercer acoso, abuso emocional, sicológico, mental, hasta el nivel físico y el sexual.

—¿Cómo empoderar a las mujeres?

—La realidad es que en pleno 2023 la voz de un hombre pesa más que la de una mujer. En este sentido, para mí ha sido muy importante identificar a estos aliados, hombres que sí nos ayudan y apoyan a transitar por este camino profesional tan cerrado para nosotras, además de que aportan a crear espacios de equidad. Ahora que ya tengo un nombre y cierta autoridad en este ámbito, mi responsabilidad es proteger y guiar a las demás. Impulsarlas para que lleguen a la Luna, a Marte. Y que cuando eventualmente lo logremos como país, sea gracias al trabajo que hacemos ahora.

×