María de Lurdes Barbosa Cárdenas, especialista en género y derechos humanos, titular del Observatorio Ciudadano por la Equidad de Género en los Medios de Comunicación, platica en entrevista sobre el impacto de los medios en la reproducción de roles y estereotipos de género.
—¿Para usted qué es el feminismo?
—Un estilo de vida que nos permite reconocer las diferencias para poder caminar hacia la igualdad.
—¿Qué hace el Observatorio, cuál es su función?
—El tema de género está estipulado en la Cuarta Conferencia Internacional de Beijing (1995), que faculta a la sociedad civil para montar observatorios. Nosotras armamos el nuestro en 2007 para monitorear, supervisar y vigilar de alguna manera que no se reproduzca o se practique la violencia contra las mujeres. Abonamos a que los medios de comunicación asuman su responsabilidad social y adopten el feminismo como parte de su transversalidad en su operación.
—¿Es posible cambiar el mensaje que envían los medios de comunicación en torno del tema de género?
—Lo que nosotras apuntamos desde el Observatorio es que los medios tienen que profesionalizarse desde la perspectiva de género. Hay cosas muy sencillas, como no utilizar el cuerpo de las mujeres o no reproducir información violenta. Sin embargo si invisibilizas a la mujer, si no le das voz, si no la consideras, la estás violentando. Y eso no se observa a primera vista. Otro elemento es el uso del lenguaje doblemente masculino. Eso también es una forma de invisibilizar a las mujeres, de desaparecerlas y de mandar el mensaje de que los medios de comunicación los hacen hombres que se comunican con hombres, donde las mujeres no forman parte de las audiencias.
Discursos
—¿Qué acciones directas se pueden hacer para contener esta situación?
—En México tenemos la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, que faculta a la Secretaría de Gobernación y a la CNDH para vigilar que los medios no reproduzcan ni practiquen la violencia contra las mujeres. La recomendación es que cada medio haga una revisión exhaustiva, apoyándose en esta tipificación de ley, para saber si recurren o no a la reproducción de violencia. Otro elemento es la participación activa de las audiencias, porque son ellas las que le dan sustento al medio. Un medio va en desarrollo y avance cuando aplica estas perspectivas de género de modo transversal, pero frecuentemente los medios caen en el error de creer que por hacer notas de feminicidio son inclusivos. La verdad es que una nota no cambia una realidad sociocultural: tenemos que construir otro tipo de discursos.
—¿Cómo debería ser una buena cobertura del tema del feminicidio?
—Lo que hace la mayoría de los medios es centrar la atención sobre las condiciones de la víctima. Por ejemplo, cómo iba vestida. Una nota que tenga una cobertura ética tendría que rechazar la posibilidad de revictimizar a la víctima. Otra cosa es que hacen énfasis en oraciones como “discutió con su pareja y por eso la aventó por la ventana”; esas declaraciones lo que hacen es justificar la violencia y disculpar al violentador. Por otra parte, la Ley General de Víctimas establece que las víctimas también son la familia, la pareja e incluso gente de la comunidad donde ocurre este daño; ellos también tienen derechos. Una cobertura ética tendría que ver más con guardar respeto hacia ellos. En este sentido nosotras ofrecemos acompañamiento a los medios para poder profesionalizarse y asumir esta responsabilidad social. Pensamos que necesitamos de medios igualitarios para lograr una sociedad igualitaria. Y confiamos en que vamos en el camino correcto.