Si bien la Iglesia católica con mucho es la que tiene más fieles en México y muchos países, un tema que ha captado la atención de la sociedad es la evidente disminución del número de fieles.
Disminución que se liga a temas de corrupción, abusos sexuales y cerrazón. Un hecho que entre otros factores llevó al Papa Francisco a adoptar una posición diferente a la tradicional, por ejemplo, en lo que hace a relaciones entre personas del mismo sexo, el reconocimiento y la petición de perdón por errores cometidos por la Iglesia e incluso la destitución de uno de sus colaboradores más cercanos por un caso de corrupción.
En general, lo evidente es que el Papa Francisco promovió reformas sustanciales con el propósito de reconfigurar a la Iglesia católica con acciones como la austeridad y un marcado acercamiento a los más necesitados, entre ellos los migrantes y marginados.
Y un aspecto al que se concede especial atención es la necesidad que enfrenta la Iglesia católica de ampliar su presencia y fortalecerse.
En México, tras la difusión de los resultados del Censo de Población y Vivienda 2020, en el rubro de la religión las cifras llamaron la atención. Las comparaciones entre 2010 y 2020 mostraron un menor porcentaje de fieles de la Iglesia católica, que pasó de 82.7 a 77.7%, así como un mayor porcentaje de fieles de las iglesias protestantes y evangélicas, que pasó de 7.5 a 11.2 por ciento.
A la par, se registró un incremento del porcentaje de personas sin religión, que pasó de 4.7 a 8.1 por ciento.
Por su parte, la Arquidiócesis Primada de México, a través de Desde la Fe en su editorial No se trata de números, sino de fidelidad al Evangelio, señaló que “en tiempos donde las estadísticas parecen tener la última palabra también la Iglesia es objeto de análisis numéricos: cuántos se bautizan, cuántos asisten a misa, cuántos se alejan. Y si bien estos datos pueden ofrecer luces para comprender el momento presente, sería un error pensar que la misión de la Iglesia se define por la cantidad”.
Subrayó que “la Iglesia no existe para crecer en cifras, sino para anunciar con fidelidad y valentía el Evangelio de Jesucristo, sin importar cuántos respondan al llamado”.
Y recordó que “el Papa Benedicto XVI lo expresó con claridad: ‘La Iglesia no crece por proselitismo, sino por atracción’ (Homilía en Aparecida, 2007). Es decir, lo que mueve el corazón del hombre hacia Dios no es una campaña de marketing espiritual ni una estrategia de expansión, sino el testimonio del encuentro con el amor vivo de Cristo, que se manifiesta con plenitud en su pasión, muerte y resurrección, y que quienes profesamos la fe católica debemos hacer vida todos los días”.
Tareas
Con ello, la Iglesia católica en México apeló a la fe y al ejercicio de ella, ante las cifras que ponen en evidencia una disminución en el número de creyentes.
Un panorama general señala que en México, de acuerdo a datos de la Dirección General de Asuntos Religiosos de la Secretaría de Gobernación, al 6 de diciembre de 2024 existen diez mil 191 asociaciones religiosas registradas en todo el país.
Las asociaciones son diversas y abarcan, entre otras, cristianismo, islamismo, judaísmo, budismo, hinduismo y religiones indígenas.
En la misma fecha se registraron 104 mil 574 ministros de culto en México.
De cara a la elección del sucesor del Papa Francisco es claro que el ungido tendrá frente a sí dos tareas fundamentales. La primera, imprimir un sello propio a su papado; y la segunda, impulsar la recuperación e incremento del número de fieles, pero sobre todo superar las comparaciones que de manera obligada se harán entre su forma de abordar temas a los que su antecesor otorgó un interés destacado.
Todo ello sin dejar de considerar que los adversarios de la religión católica se centrarán en dar seguimiento a sus acciones y posturas en temas cruciales.