DEUDA DE PEMEX

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Columnas
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El pasado 1 de julio la presidenta Claudia Sheinbaum presentó en su mañanera un gráfico para supuestamente demostrar que la deuda de Pemex ha caído a partir del inicio del gobierno de Andrés Manuel López Obrador. Según las cifras que presentó, la deuda del monopolio petrolero mexicano cayó 24.9% entre diciembre de 2018 y el segundo trimestre de 2024.

Siempre hay que aplaudir la reducción de una deuda pública, y más la de Pemex, la empresa petrolera más endeudada del mundo. El problema es que las cifras de ese gráfico no son las mismas que Pemex reporta trimestralmente a la Bolsa Mexicana de Valores y a las autoridades financieras de Estados Unidos, país en el que ha colocado buena parte de esta deuda.

Si consideramos las cifras realmente reportadas por Pemex encontraremos que en diciembre de 2018 la deuda financiera de la empresa era de 105 mil 800 millones de dólares y para diciembre de 2024 había subido a 106 mil 702 millones. No, no hubo en ese periodo una disminución de la deuda de Pemex, sino un ligero aumento en términos nominales en dólares.

Lo que no dijo la presidenta ese día fue que de 2018 a 2024 el gobierno de López Obrador le dio a Pemex apoyos por 2.2 billones de pesos, o sea, unos 120 mil millones de dólares al tipo de cambio actual. Este dinero habría sido suficiente para pagar la deuda financiera completa de Pemex que, sin embargo, en lugar de desaparecer o disminuir subió. ¿Por qué? Porque a lo largo del sexenio de López Obrador la paraestatal acumuló pérdidas, no ganancias, por 1.6 billones de pesos, equivalentes a unos 86 mil millones de dólares.

Notas precapitalizadas

El pasado 22 de julio la Secretaría de Hacienda (SHCP) informó sobre la puesta en marcha de “una estrategia financiera integral” para apoyar a Pemex “cuyos objetivos son la mejora de la liquidez, optimización del perfil de vencimientos, reducción de pasivos y costo financiero… con el propósito de contribuir a la seguridad energética y el desarrollo económico del país”.

Como los funcionarios de la SHCP están conscientes de que otorgar una garantía gubernamental a las quebrantadas finanzas de Pemex pondría en riesgo la calificación crediticia soberana de México, optaron por lanzar al mercado unas “notas precapitalizadas” que, dijeron, no constituían una garantía gubernamental a Pemex.

El oscuro y confuso comunicado, que paradójicamente afirmaba que Hacienda garantizaría “la transparencia y certidumbre en la implementación de cada una de estas medidas”, ni siquiera revelaba cuál sería el monto de la operación. Tuvo que salir un artículo de Bloomberg, que citaba fuentes cercanas a la operación, para saber que esta tendría un valor de entre siete mil y diez mil millones de dólares.

Supongo que en el futuro los funcionarios del gobierno afirmarán que la deuda de Pemex no ha aumentado. Quizá nos digan también que esta no es estrictamente una deuda del gobierno federal. Las notas precapitalizadas, sin embargo, son usualmente emisiones de deuda que se venden en el mercado para ser saldadas cuando se colocan las acciones de una empresa en bolsa, cosa que no ocurrirá con Pemex. El hecho es que la SHCP está colocando notas de deuda, que tendrán que ser cubiertas por los contribuyentes mexicanos, con el fin de entregar un nuevo apoyo a Pemex.

En realidad, la deuda tendría que pagarla Pemex, pero como la empresa sigue teniendo pérdidas esto es imposible. Así que tendrá que ser una vez más el pueblo mexicano el que rescate a Pemex con dinero de sus impuestos.

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