MISILES Y DESCONFIANZA: EL DOBLE JUEGO DE TRUMP

“Busca equilibrar intereses domésticos y presiones internacionales”.

Donald Trump
Columnas
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El lunes pasado el presidente de Estados Unidos anunció un acuerdo para vender sistemas de defensa antimisiles Patriot y municiones a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), los cuales se trasladarán a Ucrania. Este anuncio, realizado durante una reunión en la Casa Blanca con el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, marca un giro inesperado en la política exterior de Donald Trump, quien apenas hace semanas parecía dispuesto a frenar el apoyo militar a Kiev.

Sin embargo, este cambio no disipa las dudas sobre la fiabilidad de Estados Unidos como aliado, sino que las intensifica.

La decisión llega en un momento crítico para Ucrania, que enfrenta algunos de los bombardeos rusos más intensos de los últimos tres años. Cabe recordar que el 1 de julio el Departamento de Defensa de EU sorprendió a Kiev y a otros aliados al suspender los envíos de misiles Patriot y otros suministros vitales. Esta pausa, atribuida al subsecretario de defensa, Elbridge Colby, generó una ola de críticas tanto en Ucrania como entre los aliados europeos, quienes vieron en esta acción una señal de que Washington le daba la espalda a sus correligionarios.

El cambio de rumbo de Trump al autorizar la venta de Patriots a través de la OTAN parece responder tanto a presiones internas como externas. Por un lado, la reunión con Rutte sugiere un esfuerzo por calmar las tensiones con los aliados de la Alianza Atlántica, quienes expresan inquietud ante la posibilidad de que EU reduzca su compromiso con Ucrania; y, por otro lado, el enfoque de Trump, quien insiste en que los países europeos paguen 100% de los costos, refleja una visión transaccional de la política exterior y eso no va a cambiar.

Un lujo

Sin embargo, esta maniobra no garantiza una estabilidad duradera. La reacción en Ucrania ha sido de “optimismo cauteloso” debido a la “veleidad” de la administración.

Los líderes ucranianos, incluido el presidente Volodímir Zelenski, temen que la disposición de Trump para apoyarles hoy pueda desvanecerse mañana, especialmente considerando su historial.

Desde una perspectiva más amplia, el enfoque de Trump plantea preguntas sobre el futuro de la OTAN y la credibilidad de EU en el escenario global. El acuerdo de vender armas a través de la OTAN no solo busca aliviar la presión sobre los arsenales estadunidenses, sino también generar beneficios económicos para EU. Este modelo “lucrativo” podría debilitar la cohesión de la alianza si los aliados perciben que Washington los trata como clientes en lugar de socios.

Además, la amenaza de Trump de imponer tarifas secundarias de 100% a países que comercien con Rusia si no se alcanza un alto al fuego en 50 días agrega otra capa de incertidumbre.

La decisión de Trump de canalizar armas a Ucrania a través de la OTAN es un paso táctico que busca equilibrar intereses domésticos y presiones internacionales, pero esta estrategia no disipa las dudas sobre su compromiso a largo plazo. En un escenario internacional cada vez más convulso, la imprevisibilidad de EU podría ser tan perjudicial como las propias agresiones de Rusia.

Para Ucrania la llegada de los Patriots es un salvavidas, pero para el resto del mundo es un recordatorio de que la confianza en Washington sigue siendo un lujo frágil.

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