RETRATOS DE UN CONFLICTO: EL FOTÓGRAFO ANÓNIMO EN LA GUERRA DE 1846

“Bases para el desarrollo del fotoperiodismo de guerra”.

Ignacio Anaya
Columnas
FOTOPERIODISMO EN LA GUERRA

Cuando los ejércitos estadunidenses entraron a México como parte de su proyecto de expansión, junto a ellos venía un fotógrafo anónimo que capturó por primera vez fotografías de un conflicto bélico. Hasta la fecha no se sabe quién fue y probablemente nunca se sepa, pero dejó imágenes que capturaron el territorio mexicano en uno de los episodios más traumáticos de su historia.

La fotografía de guerra ha sido una herramienta poderosa para documentar y transmitir la realidad de los conflictos armados a lo largo de la historia.

En el caso de la invasión estadunidense a México en 1846 el fotógrafo desconocido capturó una serie de daguerrotipos que representan las primeras imágenes fotográficas de una guerra en la historia.

Aquellas fotografías tomadas en Saltillo abarcan una amplia gama de temas, desde retratos de generales y soldados de infantería hasta paisajes, escenas callejeras y cementerios. A pesar de que estas imágenes proporcionan una visión de la vida cotidiana en la periferia de la guerra, son especialmente notables por lo que no muestran: en ellas no vemos batallas activas, ni cuerpos heridos o muertos, ni la idealización y gloria que a veces se asocia con la guerra.

El fotógrafo acompañó al ejército estadunidense durante la guerra, retratando a los oficiales, civiles mexicanos y los campos de batalla. Debido a la delicada naturaleza del equipo y el tiempo necesario para las exposiciones, no se capturaron escenas de combate real. Sin embargo, estas fotografías representan las primeras imágenes de un ejército operando en el campo de batalla.

Doce de estos daguerrotipos, encerrados en un estuche de nogal, muestran a las tropas del ejército estadunidense, al general John Wood y su personal, al teniente Abner Doubleday, al Regimiento de Virginia, a un batallón de artillería y escenas de la ciudad. La presencia del fotógrafo en el momento de la toma confirió una nueva fuente testimonial y de maneras de mostrar el conflicto que antes solo estaba reservado a la pintura: la imagen adquiría nuevas connotaciones.

Precedente

Es importante destacar que el proceso de daguerrotipo tenía una limitación adicional que hace que estas imágenes sean bastante únicas en la historia de la fotografía de guerra: producidas utilizando láminas de cobre plateado pulido expuestas a vapores de mercurio, el proceso generaba una sola imagen positiva similar a un espejo que no podía reproducirse.

Pequeños y encerrados en vidrio para proteger su delicada superficie, los daguerrotipos eran objetos preciosos, más que dispositivos que pudieran distribuir información a las masas de manera eficiente. Este primer intento de fotografiar una guerra no necesariamente se hizo con intenciones periodísticas, aunque esto cambiaría en conflictos futuros. Era alguien que quería capturar la experiencia. ¿Por qué? Habrá tenido varias razones detrás. Puede ser que buscaba retratar la victoria de los estadunidenses o simplemente aprovechó el conflicto para hacer uso de las tecnologías en la fotografía. A lo mejor un recuerdo.

Los daguerrotipos de la invasión estadunidense a México en 1846 marcaron un precedente en la historia de la fotografía de guerra. A pesar de las limitaciones técnicas de la época, estas imágenes capturan momentos únicos y ofrecen una visión sin precedentes de la vida en el campo de batalla.

Aunque no muestran la acción del combate en sí, estas fotografías sentaron las bases para el desarrollo futuro del fotoperiodismo de guerra y su capacidad para transmitir la cruda realidad de los conflictos armados al público en general.