Paulina Campos Villaseñor, vicepresidenta del campus Ciudad de México del Tecnológico de Monterrey, es una firme defensora del liderazgo femenino y la inclusión en el ámbito académico.
En entrevista, Campos comparte cómo la reciente alianza entre el Tec y el Women Economic Forum (WEF) Iberoamérica busca convertir compromisos en acciones concretas que generen oportunidades reales para las mujeres.
—¿Cómo contribuye este acuerdo a la equidad de género?
—Nuestro propósito como institución es transformar vidas y comunidades a través de la educación. Promover la equidad de género es clave para lograrlo. Este acuerdo con WEF Iberoamérica nace de propósitos compartidos: impulsar el empoderamiento femenino, especialmente en comunidades vulnerables, y fortalecer el trabajo académico a través del servicio social, Semanas Tec y eventos que nos permitan identificar retos y construir soluciones.
—¿Tienen previsto crear programas específicos para reducir las brechas de género?
—Sí. En el Tec ya trabajamos desde hace tiempo en este tema. Por ejemplo, nuestras unidades de formación incluyen contenidos sobre equidad para sensibilizar a estudiantes y desarrollar competencias que les permitan enfrentar estos desafíos.
Con esta alianza, señala, “podremos diseñar nuevas Semanas Tec y experiencias de servicio social con enfoque de género. Nos entusiasma mucho poder llevar este trabajo a más comunidades.
—¿Quiénes podrán participar en estos programas?
—Es una iniciativa para toda nuestra comunidad estudiantil. Queremos ofrecer distintas opciones para que cada quien pueda sumarse desde su vocación y formación. En la firma del acuerdo vimos gran interés por parte de nuestros estudiantes, profesores y colaboradores. Es un tema que genera eco en toda la institución.
Liderar
—¿Ya tienen ubicadas algunas comunidades donde planean trabajar?
—Sí, tenemos un centro en San Cristóbal de las Casas donde colaboramos con comunidades de artesanas textiles. Este convenio nos permitirá ampliar ese trabajo.
—¿Qué retos enfrentan para implementar este acuerdo?
—El mayor desafío es que los convenios no se queden en el papel. Para nosotros, firmar un acuerdo es apenas el primer paso. El verdadero compromiso está en que se traduzca en resultados reales, medibles y sostenibles. Y hacia allá vamos.
—¿Por qué es importante que desde la academia se impulsen temas de liderazgo y equidad de género?
—Porque muchas brechas comienzan desde edades muy tempranas. Hay estudios que muestran que desde los cuatro años algunas niñas comienzan a perder confianza en ciertas áreas, sobre todo en STEM. En el Tec tenemos programas específicos para mujeres en Ingeniería y para nuestras profesoras e investigadoras. Pero más allá de la universidad, necesitamos trabajar como sociedad desde los primeros años de vida.
—¿Han visto avances en la matrícula femenina en áreas tradicionalmente dominadas por hombres?
—Sí, vemos un movimiento positivo. Cada vez más mujeres eligen carreras STEM, aunque aún hay camino por recorrer. Por eso es clave seguir generando referentes y oportunidades. Las niñas necesitan ver que pueden liderar en cualquier ámbito.