El deterioro auditivo es un problema de salud que afecta a millones de personas y puede ser una consecuencia devastadora de ciertos tratamientos médicos, pero una investigación conjunta y pionera entre el Instituto Politécnico Nacional (IPN), la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) y la Secretaría de Educación, Ciencia, Tecnología e Innovación (Sectei) abre un nuevo camino en la búsqueda de soluciones.
Este estudio innovador evalúa si los antioxidantes presentes en plantas verdes y frutos rojos pueden proteger el oído interno y prevenir el daño auditivo que causan medicamentos como antibióticos y quimioterápicos.
La ototoxicidad, definida como el daño en el oído interno provocado por fármacos o sustancias químicas, es un efecto secundario significativo y preocupante.
Aunque las cifras precisas sobre su incidencia son escasas tanto a nivel global como en México, la automedicación, el uso indiscriminado de antibióticos y el aumento de casos de cáncer exacerban este problema.
Fármacos como los antibióticos aminoglucósidos (estreptomicina, kanamicina, gentamicina y amikacina) y los quimioterápicos con base en cisplatino son conocidos por su potencial ototóxico.
La amikacina, por ejemplo, es común en tratamientos infantiles, y mientras salva vidas puede provocar mareos, vértigo, tinnitus e incluso la pérdida auditiva irreversible. Los estudios también revelan que hasta 70% de los niños con osteosarcoma tratados con cisplatino pueden desarrollar sordera. La pérdida auditiva no solo afecta la calidad de vida, sino que también tiene un impacto económico, con una tasa de desempleo 2.2 veces mayor en adultos con esta condición.
El mecanismo detrás de esta ototoxicidad radica en el daño o la muerte de las células ciliadas, ubicadas en la cóclea del oído interno. Estas células son cruciales para la audición, ya que transforman las vibraciones acústicas en señales eléctricas que el cerebro interpreta como sonido. Además, desempeñan un papel vital en el sentido del equilibrio. Si estas células mueren, el daño puede ser irreversible.
Bajo la dirección de la doctora Claudia Guadalupe Benítez Cardoza (IPN) y el doctor Gerardo Pérez Hernández (UAM), el proyecto “Ototoxicidad como efecto secundario en habitantes de la Ciudad de México que reciben antibióticos y anticancerígenos: mecanismos moleculares, búsqueda de otoprotectores y establecimientos de asociación” se centra en la identificación de antioxidantes que puedan mitigar el daño en las células ciliadas.
El equipo científico ha detectado antioxidantes y sus mezclas con un prometedor potencial otoprotector. Entre las plantas y frutos con futuro en esta investigación se encuentran la tuna roja, la pitaya, las verdolagas y el jitomate. La investigación busca entender cómo estas sustancias pueden interactuar con proteínas para proteger las células ciliadas.
Concientizar
Para ello, se realizan pruebas con células modelo, modelado informático de interacciones proteína-antibiótico y creación de una base de datos de medicamentos ototóxicos.
También se desarrolla un software en la Escuela Superior de Cómputo (Escom) del IPN para simular la interacción del cisplatino con las proteínas.
En un esfuerzo complementario se lleva a cabo un estudio en el Instituto Nacional de Cancerología, en colaboración con la UAM, para la detección temprana de ototoxicidad en pacientes con cáncer de ovario, endometrio o cervicouterino que reciben quimioterapia con cisplatino.
El objetivo final de esta investigación es proponer nuevos protocolos de farmacovigilancia y estrategias farmacológicas de otoprotección, con la posibilidad de desarrollar mezclas de antioxidantes concentrados en un “otoprotector” dirigido a pacientes de riesgo. Este esfuerzo es crucial, dado que el campo de los otoprotectores está aún inexplorado a nivel global.
La investigación no solo sentará un precedente científico internacional, sino que también subraya la imperante necesidad de concientizar a la sociedad sobre los riesgos de la automedicación y de que la comunidad médica considere la susceptibilidad de la población mexicana a los efectos secundarios de ciertos antibióticos y anticancerígenos.
Así, el estudio de los antioxidantes en plantas verdes y frutos rojos representa una esperanza tangible para salvaguardar la audición de futuras generaciones.
Impacto
El cisplatino, usado para tratar osteosarcoma en niños varones de seis a doce años, causa sordera en 60-70% de los supervivientes (55% de los casos).
La pérdida auditiva también conlleva un riesgo de desempleo 2.2 veces mayor en adultos, afectando su economía.