GENTRIFICACIÓN: UN MOVIMIENTO SOCIAL PRESENTE EN TODO MÉXICO

Gentrificación
Columnas
Share

La gentrificación, entendida como una rehabilitación urbanística y social de una zona deprimida o deteriorada para modernizarla y que sea repoblada, es un fenómeno presente no solo en la Ciudad de México sino a nivel nacional, con un marcado énfasis en los denominados Pueblos Mágicos o zonas urbanas tradicionales.

Es un fenómeno de urbanización que deriva en el desplazamiento de los vecinos empobrecidos del barrio por otros de un nivel social y económico más alto, lo que se traduce en términos reales en un incremento en el valor o plusvalía de los predios que comprenden la zona.

En general, el aumento en los precios de la vivienda termina por convertirse en un factor que desplaza a los residentes originales, quienes deben ubicarse entonces en la periferia de las grandes ciudades, en lugares alejados y con menor nivel tanto de servicios como de movilidad.

Pero no se trata de un fenómeno nuevo, sino de una tendencia que comenzó a cobrar carta de naturalización desde hace décadas.

Evolución social

Se estima que la primera en utilizar el concepto fue la científica social Ruth Glass en la década de 1960, con el fin de hacer referencia al fenómeno en que los barrios se transforman de manera demográfica, económica y cultural por la llegada de nuevos habitantes que tienen un mejor salario.

Al llegar nuevos habitantes se construyen viviendas y se modifica el entorno urbano, como sucedió —por citar dos claros y representativos ejemplos— con la zona de Santa Fe en la CDMX y la zona de Angelópolis en Puebla. Y guardadas las debidas proporciones, lo que sucedió con el Lago de Chapala, que en su momento fue foco de atención de jubilados extranjeros.

En el extremo, el fenómeno de la gentrificación se liga en algunas localidades a los planes de desarrollo urbano, donde los pueblos originarios pugnan por frenar la construcción de zonas residenciales y comerciales: el desarrollo urbano de zonas tradicionales o de bajos recursos cambia la infraestructura, con departamentos modernos, edificios de oficinas y comercios.

Lorena Umaña Reyes, doctora en Ciencias Políticas y Sociales por la UNAM, en su publicación Gentrificación en la CDMX: ¿progreso o desplazamiento?, apunta que “en la Ciudad de México se han realizado cambios en diversos escenarios de la ciudad que pueden catalogarse como procesos gentrificadores. Las colonias Roma y Condesa, Polanco y Xoco, así como los barrios centrales de La Merced y la Alameda Sur, por mencionar algunos, han vivido transformaciones territoriales y de consumo muy significativas”.

Y señala que “la gentrificación no implica, en sí misma, consecuencias totalmente negativas para todos los sectores y en todos los casos, a pesar de que se le asocia con un sentido pernicioso. Hace falta estudiar y diseñar políticas de armonización de intereses que involucre al conjunto de afectados por este fenómeno”.

En el fondo toda ciudad se encuentra en movimiento constante, en el que los constructores de viviendas e inmobiliarias aparecen como los jugadores más visibles, pero evidentemente un elemento que resulta fundamental es reconocer que las localidades y ciudades son conglomerados sociales en constante cambio, aunado a la obligada caducidad que tienen todas las construcciones y la necesidad social de contar con nuevos espacios para residir.

En consecuencia, la gentrificación, al igual que muchos aspectos en la vida, no representa un fenómeno nuevo, sino un elemento más de la evolución social que acompaña la historia de toda sociedad, en la que las zonas modernas y de vanguardia terminan por ser desplazadas para dar paso a nuevos desarrollos y conceptos de vivienda y convivencia social que acompañan la obligada evolución de toda colectividad.

×