INDIA Y PAKISTÁN: LA TRADICIÓN DE UN CONFLICTO

“No es una cuestión exclusivamente religiosa”.

India y Pakistán
Columnas
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Hay varios ojos puestos hoy en el conflicto entre India y Pakistán. ¿Cómo no los habría si los dos países cuentan con arsenales nucleares? Para los catastrofistas que siempre andan anunciando la Tercera Guerra Mundial podría ser el escenario perfecto, pero, como siempre, el porvenir es un espejismo.

Eso no detiene que observemos el pasado, al menos para comprender las tensiones que ahí se viven.

Casi 80 años después de la partición del subcontinente indio que vio el establecimiento de India independiente y la creación de Pakistán, los choques entre ambos siguen manifestándose con intervalos de intensidad. Aunque simplificar el conflicto a una disputa religiosa entre musulmanes e hindúes sería erróneo, no cabe duda de que la religión y las fronteras siguen siendo protagonistas de una enemistad que no dista de ser performativa. Los choques en la frontera también obedecen a un ritual de acción.

El conflicto actual entre India y Pakistán tiene como epicentro la región de Cachemira, territorio disputado desde hace décadas. En aquellos años la independencia del dominio británico dejó varios Estados principescos con la opción de elegir su integración en India o Pakistán, decisión condicionada frecuentemente por la religión predominante en cada Estado. Cachemira, con una mayoría musulmana pero gobernada por un príncipe hindú, quedó atrapada en medio de estos intereses cruzados, provocando la primera guerra entre ambos países y dejando un legado de desconfianza que perdura hasta nuestros días.

Actualmente, Cachemira es una de las zonas más militarizadas del planeta, escenario habitual de enfrentamientos entre grupos insurgentes y fuerzas indias. India acusa a Pakistán de apoyar al terrorismo en la región, mientras muchos cachemires sienten una creciente marginación por parte del gobierno indio. Esto ha llevado a algunos a buscar soluciones radicales. La masacre de Pahalgam el 22 de abril, que desencadenó el conflicto actual, la cometió uno de estos grupos islamistas en dicha región.

Ambiente explosivo

Sin embargo, la religión es solo una parte de tan complicada relación. La frontera entre ambos países representa mucho más que una línea territorial. Desde su conformación han ocurrido ahí confrontaciones, como la de ahora, y percepciones enfrentadas sobre la soberanía y la justicia.

Para Pakistán, la pérdida de Bangladesh en 1971, tras la intervención india en apoyo a la independencia bengalí, se considera un atentado contra su integridad territorial y razón de desconfianza.

En el presente estos conflictos fronterizos y religiosos se combinan para generar un ambiente explosivo. La ideología nacionalista hindú crece en India, aumentando las tensiones religiosas internas y externas. Mientras tanto, Pakistán sigue debatiéndose entre su identidad islámica y sus problemas políticos internos, entre si primero identificarse como pakistaní o musulmán.

Hoy que varios se preguntan qué está pasando vale la pena tener en consideración que el conflicto India-Pakistán obedece a una trayectoria histórica. No es una cuestión exclusivamente religiosa, pero tampoco hay que ignorar el papel que esta desempeña en la construcción de identidades y desconfianzas mutuas.

A pesar de todo, lo más probable es que no escale a algo catastrófico, pero se sabe que el azar domina sobre las condiciones humanas.