Si bien es cierto que con programas sociales muchas personas y familias superaron la pobreza extrema, también es verdad que disfrutar de una calidad de vida óptima depende en gran medida de los ingresos que se perciban a lo largo de la vida laboral y, llegado el momento, en la jubilación.
En 2025, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), una familia en México necesita un mínimo de 20 mil pesos mensuales para entrar a la categoría de clase media.
Es un nivel de ingresos que obviamente no está al alcance de todos los trabajadores formales, pero sobre todo para quienes se desempeñan en el denominado sector informal, sin prestaciones y básicamente sin la posibilidad de contar en el largo plazo con acceso a una jubilación.
Por otra parte, la brecha que separa a la clase alta de la media es enorme, ya que el INEGI fija los ingresos de la clase alta en 77 mil 795 pesos mensuales.
Se estima que las familias que tienen ingresos por al menos 20 mil pesos mensuales viven con cierta tranquilidad económica, sin que ello signifique que se puede destinar una suma importante para el ahorro, mientras que las familias que perciben entre 45 mil y 50 mil pesos mensuales se ubican en el rubro de clase media alta.
Sin embargo, hay que considerar que conforme una persona crece y se acerca a la edad de la jubilación, como consecuencia del obvio desgaste físico las visitas al médico y los consecuentes tratamientos son mayores, lo que a pesar de que se cuenten con acceso a servicios médicos por parte del IMSS o del ISSSTE se traduce en un gasto adicional que impacta en los ingresos y calidad de vida de las personas y sus familias.
Variables
Un elemento que debe tomarse en cuenta es que no en todos los casos, llegado el momento de la jubilación, los montos que se reciben son de 100% del último salario y en consecuencia impactan en la calidad de vida de las personas en etapa de retiro y sus familias.
Otro elemento a considerar por lo que corresponde a los adultos mayores es la esperanza de vida, que en 2010, de acuerdo con el INEGI, en el caso de los hombres era de 71.4 años y de 77.4 años para las mujeres. En 2025 la esperanza de vida aumentó a 72.6 años para los hombres y a 79 para las mujeres.
Los estados con mayor esperanza de vida son Nuevo León, Baja California Sur, Coahuila, Aguascalientes y Ciudad de México; mientras que las entidades con menor esperanza de vida son Chiapas, Guerrero, Oaxaca, Veracruz y Tabasco. Un dato que puede parecer alentador, pero que si se liga a la edad y condiciones que prevalecen para la jubilación llama a la reflexión.
En términos generales, al momento un trabajador del sector formal se jubila a los 65 años de vida, lo que si se relaciona con la esperanza de vida representa alrededor de una década más de vida.
Consecuentemente, desde ahora todos los trabajadores del país, hombres y mujeres, del sector formal e informal, deben tomar en cuenta la importancia que representa no solo contar con un ingreso que les permita una buena calidad de vida, sino la conveniencia de mantenerse en forma y vivir de manera saludable para evitar en la medida de lo posible que el arribo a la edad de adulto mayor sea con problemas de salud.
Pero, sobre todo, con los ingresos suficientes para conservar un nivel de vida adecuado, en especial para quienes comenzaron a jubilarse con el esquema de las Afores.
Evidentemente, hay que considerar que el piso de los 20 mil pesos de ingresos mensuales que fijó el INEGI para que una familia se considere de clase media es variable.