PERSISTENTE HUACHICOL

HUACHICOL
Columnas
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El expresidente López Obrador anunció con satisfacción el triunfo sobre el huachicol el 1 de septiembre de 2019 en su Primer Informe de Gobierno: “No fue fácil, porque los grupos delictivos hicieron rupturas premeditadas de tubos para dejar sin abasto a buena parte del país. Pero a pesar de esos sabotajes, con el apoyo de la gente que resistió la escasez de gasolinas durante tres semanas y con la activa participación de las Fuerzas Armadas, hemos podido eliminar prácticamente esta actividad delictiva… Hoy puedo informar que el robo de combustibles se ha reducido en 94% y que ello nos permitirá recuperar 50 mil millones de pesos este año… Ni huachicol arriba, ni huachicol abajo”.

O el mandatario mentía o tenía mala memoria. El desabastecimiento de gasolina de principios de 2019 no fue producto de “rupturas de tubos” por grupos delictivos. El propio presidente ordenó el cierre de ductos con la peregrina idea de que si no había combustible tampoco habría robos de combustible, pero no consideró que esto detendría la movilidad en el país y el sistema de distribución de todo tipo de productos, empezando por los alimentos. Solo cuando permitió la reapertura de los ductos el combustible empezó a fluir.

El huachicol se obtenía con peligrosos pinchazos a los ductos de Pemex, como el que provocó una gran explosión en Tlahuelilpan, Hidalgo, el 18 de enero de 2019 y dejó un saldo de cuando menos 139 muertos. Las fuerzas del ejército ahí presentes no se atrevieron a alejar a los pobladores que se habían concentrado para robar combustible; según los mandos, no querían provocar una confrontación. La fuga se registró a las 17:04 horas y la explosión tuvo lugar a las 19:10. La decisión de no apartar a los pobladores hizo que el accidente tuviera ese enorme saldo mortal.

Intento

Las cifras oficiales mostraban un fuerte descenso en el robo de combustible entre fines de 2018 y el primer informe de López Obrador el 1 de septiembre de 2019. De hecho, el huachicol dejó de tener un papel importante en las mañaneras del expresidente, excepto para señalar que había quedado eliminado.

Sin embargo, en los primeros meses de gobierno de Claudia Sheinbaum ha habido cuando menos tres decomisos gigantescos de huachicol. El 27 de marzo pasado se registró una incautación de ocho millones de litros en la colonia El Sauzal del municipio bajacaliforniano de Ensenada. El 31 de marzo se encontró un cargamento de diez millones de toneladas de diésel ilegal en un barco en Altamira, Tamaulipas. El 7 de julio se anunció un nuevo decomiso, ahora de 15 millones de litros de diésel, gasolina y destilados de petróleo, en Ramos Arizpe y Saltillo, Coahuila, además de 149 carrotanques de ferrocarril.

Un día después, el 8 de julio, se aseguraron 933 mil litros de petróleo crudo de procedencia ilícita en Las Vigas de Ramírez, Veracruz.

Buena parte del combustible decomisado este año no era producto de extracciones de ductos de Pemex, sino que venía en cargamentos provenientes de Estados Unidos aprovechando el hecho de que la gasolina en México es mucho más cara que en nuestro vecino. Por otra parte, a pesar de estos decomisos espectaculares no ha habido detenciones de presuntos responsables.

La presidenta Sheinbaum ha tratado de no confrontarse con López Obrador, su mentor y artífice de la candidatura que la llevó a la Presidencia. Los decomisos subrayan, sin embargo, que López Obrador mintió cuando afirmó que el problema había sido resuelto. Apenas hoy estamos viendo un intento por resolver una situación que ha persistido durante muchos años.

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