El 7 de mayo de 1840 nació el compositor ruso Piotr Ilich Tchaikovsky, uno de los personajes más importantes en la historia de la música universal. Perteneciente al periodo romántico, su obra es vasta y diversa.
Sus orígenes familiares no explican el crecimiento de Tchaikovsky en el mundo de la música. Comenzó a tomar clases de piano a la edad de cinco años y muy pronto mostró una gran habilidad para leer complejas partituras. Inicialmente sus padres lo apoyaban con entusiasmo al advertir tanto talento precoz. Sin embargo, más tarde decidieron que su destino estaba en otra parte y lo inscribieron en la Escuela Imperial de Jurisprudencia de San Petersburgo (hago un pequeño paréntesis para comentar mi propia experiencia al respecto: yo estudié, al mismo tiempo, en el Conservatorio Nacional de Música y en la Escuela Libre de Derecho; la carrera de pianista nunca la terminé; antes de ello, mi propia maestra, Betty Mallard, me dijo en una imborrable ocasión que la música podría siempre acompañarme, pero que no debía yo aspirar a vivir de la misma; tenía algo de talento, pero no para tanto).
Tchaikovsky estudió Derecho durante siete años, sin perder su gusto por la música. La muerte de su madre aceleró el afán por escribir sus propias composiciones, al tiempo de que también comenzó a perfilar su tendencia homosexual.
Mostraba ya un particular gusto por la ópera y compositores de renombre. No obstante, en su entorno dudaban de su verdadera estatura y le sugerían que siguiera con la abogacía e ingresara al Ministerio de Justicia. Total, se graduó en 1859 y se mantuvo en esa oficina durante tres años.
Ya había tomado clases de piano con Rudolph Kündiger y con Franz Becker. Nada del otro mundo.
Los Cinco
Había en aquel entonces un grupo de compositores, también rusos, que se reunía en San Petersburgo y que no veía con buenos ojos a Tchaikovsky, sobre todo por su relación con Nikolái Rubinstein, quien parecía mirar hacia un horizonte distinto al nacionalismo ruso, pero que le abrió las puertas, como profesor, en el Conservatorio de Moscú.
El grupo de Los Cinco estaba conformado por Mili Balákirev, César Cui, Modest Mussorgsky, Nikolai Rimski-Kórsakov y Alexander Borodin. Poco a poco iniciaron acercamientos con el grupo y fue en ese tiempo que Tchaikovsky escribió su fantasía-obertura Romeo y Julieta. Ahí desbordó todo su romanticismo y nacionalismo.
Hay un capítulo de lo más interesante e intrigante en la vida de nuestro compositor: su relación con Nadezhda von Meck, una viuda adinerada quien se convirtió en mecenas y gran amiga de Tchaikovsky ¡sin conocerse jamás físicamente! Todo fue epistolar.
Nuestro personaje tomó una temeraria decisión al contraer nupcias con una alumna suya, bastante menor que él, de nombre Antonina Miliukova. Fue un matrimonio efímero y atormentado. Acaso la homosexualidad le gritaba en su interior para que asumiera su realidad y dejara de fingir ante la sociedad. Finalmente, hablando de la obra de Tchaikovsky, me atrevo a aventurar con ustedes mis favoritas:
Sinfonías: Cuarta, Quinta y Sexta. De esta última (Patética) el cuarto movimiento pareciera ser la agonía misma del compositor, de quien se dice que su muerte no fue natural sino un suicidio al beber, conscientemente, agua contaminada el 6 de noviembre de 1893.
Obertura-fantasía: Romeo y Julieta.
Primer concierto para piano y orquesta.
Concierto para violín y orquesta.
Tres suites de ballet (El Lago de los cisnes, La Bella Durmiente y El Cascanueces).
La ópera Eugene Onegin.
Serenata para cuerdas.
Variaciones sobre un tema rococó (para violonchelo y orquesta).
Tchaikovsky da para hablar mucho más de él y lo seguiremos haciendo.
¡Viva la música!