RUPTURA AL EUROPEÍSMO. EL PRESIDENTE ELECTO EN POLONIA

Presidente de Polonia
Columnas
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Fue una contienda sumamente cerrada que desenlaza en la adopción de un proyecto nacionalista, con una figura férrea que en la segunda vuelta electoral obtuvo una victoria por un margen de poco más de un punto porcentual ante un alcalde liberal que en apariencia tendría una vía cómoda para la victoria en la llamada Polska, la tierra de los campos.

Karol Nawrocki se alza triunfador en las urnas de manera sorpresiva, ya que hasta la noche anterior a la elección los sondeos daban al alcalde liberal de Varsovia como el seguro ganador. Rafal Trzaskowski, sin embargo, vio cómo con las horas sus aspiraciones se diluían ante el avance de los conteos y la incorporación de la votación no urbana que terminó por darle a Nawrocki 50.89% y a Trzaskowski 49.11% del conteo final.

En un escenario simplificado, el primer análisis nos llevaría a pensar que Polonia tomará un camino de nacionalismo parecido al proyecto estadunidense. Cabe mencionar que el candidato ganador contó con el respaldo del presidente Donald Trump, quien abiertamente en varias ocasiones convalidó las intenciones del hoy presidente en ciernes. Incluso la secretaria de Seguridad Nacional de EU, Kristi Noem, dio su total apoyo y espaldarazo a Nawrocki en la reunión del grupo conservador CPAC (Conferencia de Acción Política Conservadora) y se llegó a sugerir que solamente con el hoy electo Washington procuraría una ayuda bilateral y un fortalecimiento militar considerable.

Habrá que recapitular un poco sobre los antecedentes del personaje polaco que se encumbra. Nawrocki es un hombre de profesión historiador que ronda sus tempranos 40. Su temple pronacionalista lo llevó a ser una de las figuras más relevantes del partido Ley y Justicia, mismo que habría experimentado el desgaste que implica gobernar de 2015 a 2023.

Pero Nawrocki supo mantenerse al margen del escándalo para emerger como una posibilidad limpia. Como director del Instituto de Memoria Nacional, se dedicó a reivindicar el relato nacionalista e incluso fue un duro impulsor de la demolición de los monumentos dedicados al Ejército Rojo ruso. Se sabe que el nuevo líder político de Polonia sostiene con apertura su dureza contra el diálogo woke y progresista. Y quizás ahí radicó el éxito electoral que lo sostuvo, ya que gran parte del electorado optó por el regreso de los valores con los que una nación tan maltrecha históricamente tuvo que afianzarse en la desgracia y la solidaridad.

Controversial

Será obligado poner atención a temas cruciales donde podría chocar frontalmente con las posiciones sostenidas por la Unión Europea (UE). Cuestiones como la anexión de Ucrania a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y a la UE han sido temas abiertamente criticados y condicionados al grado del rechazo por parte del nuevo jefe de Estado. Y una cuestión de suma importancia es el avivar el rencor histórico con Berlín para incluso insistir en las reparaciones de guerra.

Pero lo que sin duda será previsible es que el relevo del presidente Andrzej Duda encontrará un complejo escenario para la gobernabilidad y el entendimiento de muchos temas de gobierno, mismos que tendrán que empatarse con el accionar del primer ministro, Donald Tusk. Como presidente, Nawrocki tendrá ahora la facultad constitucional para vetar leyes, cuestión que no resulta menor cuando dos visiones encontradas de ideología se avizoran.

Parecería que el futuro de Polonia va a tender de mayor manera al nacionalismo marcando un fin del “europeísmo”. El próximo mandatario ha establecido con claridad que está contra el federalismo y el incremento en la presencia económica del eje franco-alemán.

Otro punto sumamente controversial es la postura de Nawrocki ante los derechos de las mujeres; en este tema se ha manifestado inamovible respecto de su parecer sobre el que no se permita la legalización del aborto hasta las doce semanas de gestación. Además, la visión del mandatario electo incluye también la posibilidad de retirarse del Pacto de Migración Europeo, así como del Pacto Verde respecto de la creación de energía limpia y cuidado del medio ambiente.

Tengamos en cuenta que el presidente en el régimen parlamentario puede vetar leyes, comandar las fuerzas armadas y firmar tratados internacionales. ¿Inestabilidad a la vista?

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