Aun cuando no ha iniciado la novena Cumbre de las Américas el presidente Andrés Manuel López Obrador puede apreciarse como el principal ganador de una perinola democrática internacional en la que todos ganan.
La propuesta de que la administración Biden invite a todos los mandatarios de los países del área, aunque no se aprecie de manera clara y precisa, rindió frutos. Y con ello se aprecia el liderazgo que ejerce López Obrador entre los dignatarios de los países de Centro y Sudamérica, además de El Caribe, a la par de la relación respetuosa que ha logrado establecer con el gobierno estadunidense.
La democracia que bajo sus distintas acepciones ronda en el ambiente se aprecia por doquier con sesgos que resultan positivos. Una versión renovada de la añeja conseja ganar-ganar. Todos ganan, nadie sale con las manos vacías.
En primera instancia hay que destacar la reunión virtual que sostuvo el presidente con algunos de los organizadores de la novena Cumbre de las Américas, encabezados por el senador Christopher J. Dodd, asesor de Biden, en la que los estadunidenses presentaron sus argumentos en pro de la participación de México en la reunión internacional a realizarse en Los Ángeles, California, donde entre otros temas se abordará el de migración.
Se trata de uno de los temas que forman parte de la agenda internacional de la 4T, lo que debe considerarse como un logro particular, toda vez que de manera abierta se reconoce que es importante la participación de López Obrador en el encuentro.
Las declaraciones del canciller Marcelo Ebrard al término de la reunión fueron alentadoras: dejaron entrever que no todo está dicho y en los próximos días u horas se dará respuesta a la petición del presidente para que no se excluya de la cumbre a ningún mandatario del área.
Así, la reunión virtual con el senador Dodd se traduce en una buena señal que busca favorecer la participación y reconoce la importancia de México en el plano político.
Efectos
En paralelo, otras señales de la administración Biden se dieron con el anuncio de medidas para relajar —sin levantarlo, por supuesto— el bloqueo a Cuba, en lo que representa un guiño para el presidente Miguel Díaz-Cannel. Asimismo, el envío de remesas a familiares que residen en Cuba, así como las visitas a la isla, están en el ambiente.
También las medidas que anunció la Casa Blanca para relajar la tensión con Venezuela, que incluyen suavizar las sanciones impuestas contra gobernantes e instituciones estatales venezolanos. Además, el gobierno estadunidense autorizará a la petrolera Chevron el inicio de negociaciones con la estatal venezolana PDVSA.
En tanto, el presidente Nicolás Maduro anunció la disposición de dar continuidad al diálogo con la oposición en territorio mexicano, con lo que evidentemente envía una señal en pro de la democracia.
Por su lado, el presidente de Guatemala, Alejando Giammattei, anticipó que no asistirá a la Cumbre de las Américas debido a las críticas que emitió EU a la designación de la fiscal general guatemalteca, Consuelo Porras, para permanecer en el cargo por cuatro años más. Con ello puso de relieve que aun si fuera invitado no acudiría.
En términos generales la posición que asumió el presidente de México para ampliar la participación de los mandatarios del área en la cumbre, se quiera o no, ha tenido diversos efectos, pero sin lugar a dudas el más importante para el país es que demostró el liderazgo y capacidad de maniobra que tiene López Obrador en el plano internacional.
No cabe duda: la 4T tiene influencia y amplia en el plano internacional, por lo que no debe descartarse la posibilidad de que al concluir su gestión en 2024 López Obrador permanezca vigente a nivel global.