PUEBLA: EN DUDA LA CONSOLIDACIÓN DE LA 4T EN EL ÁNIMO SOCIAL

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Columnas
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Destacada por ser la única entidad donde hubo conflicto electoral en la elección de 2018, además del trágico deceso de la gobernadora Martha Érika Alonso de Moreno Valle a escasos días de asumir el cargo, en los comicios intermedios de 2021 Puebla vuelve a resaltar pero ahora por los conflictos internos que ponen en seria duda la permanencia de Morena como partido mayoritario.

Ello coloca a Puebla en una posición de duda para consolidar la permanencia de la 4T en el ánimo social, derivado del nivel de aprobación ciudadana tanto en el plano estatal como en el municipal.

De acuerdo con Consulta Mitofsky en julio de 2020 Miguel Barbosa se ubicó en el sitio 28 de la evaluación a gobernadores y en agosto pasó al lugar 29.

Pero más allá de la eventual recuperación del PAN, el PRI o el PRD, sin descartar la participación de PVEM y los locales PSI y Compromiso por Puebla, lo que salta a la vista es que, como diría un clásico, en Puebla por doquier la caballada está flaca, escuálida para ser precisos.

Más allá del músculo social que pueda mostrar cada candidato o instituto político la realidad es que los cuadros son escasos, al grado de que alcaldesas morenistas como la de Puebla capital, Claudia Rivera Vivanco; la de Huejotzingo, Angélica Alvarado; o la de San Andrés Cholula, Karina Pérez Popoca, sopesan la posibilidad de utilizar la vía de la reelección a pesar de no contar con resultados favorables de peso.

Por otra parte en el escenario de las posibilidades de Morena para mantener el respaldo social destaca la abierta confrontación que han mantenido, sobre todo en el campo de la seguridad y sus resultados, el gobernador Barbosa y la alcaldesa Rivera, ambos postulados por Morena.

Y es que el 15 de septiembre llegó al máximo cuando desde el balcón central del palacio municipal Barbosa rememoró el Grito de Independencia al tiempo que, al interior del mismo edificio, en concreto en el patio central, Claudia Rivera hizo lo propio rodeada por las huestes del ayuntamiento.

Sobresale en paralelo la desaprobación social por los resultados de Rivera Vivanco en casos de eventual corrupción entre funcionarios de su administración.

En este escenario se dará la campaña que culminará con la elección de 217 presidentes municipales y sus respectivos cabildos, así como con la renovación del Congreso local (que integran 41 diputados, 25 electos en las urnas por mayoría relativa y 15 designados mediante la fórmula de representación proporcional), y la gubernatura.

Aspirantes

Lo ralo de la caballada en Puebla se refleja en los pocos nombres que se manejan como posibles aspirantes a la presidencia municipal de la capital, entre los que destaca el exedil Eduardo Rivera por parte del PAN, en tanto por Morena se perfila el diputado Gabriel Biestro Mendinilla.

Francisco Fraile, uno de los viejos representantes del panismo, se perfila para ser candidato a la alcaldía de San Andrés Cholula, mientras que el exgobernador y exalcalde de Puebla Tony Gali tuvo que dejar en claro que no le interesa ser postulado nuevamente como alcalde de la capital estatal; eso sí, sin decir no a la eventual nominación a una diputación federal.

La encuestadora Massive Caller, en el ejercicio que realizó en agosto para calibrar el nivel de preferencia de los posibles aspirantes a la presidencia de Puebla capital, incluyeron por el PAN a Tony Gali con 32.4%, Eduardo Rivera con 30.5 y Enrique Cárdenas con 21 por ciento.

Por el PRI a la exalcaldesa Blanca Alcalá con 43.5% y Enrique Doger con 21.7 por ciento.

Por Morena a Alejandro Armenta con 20.7%, Gabriel Biestro con 12.6, Claudia Rivera con 9.9 y Olivia Salomón con 8.1 por ciento.

En lo que hace al voto por partido, sin hacer referencia a candidatos, en el mismo ejercicio los participantes señalaron que 33.8% votaría por Morena y 31.6% por el PAN.

Al parecer en la arena política poblana no hay posibilidades de un relevo generacional, porque aparecen bastantes nombres del pasado. De hecho hay quienes perciben aún la presencia de exmandatarios como Melquiades Morales, Mario Marín y Manuel Bartlett Díaz en torno del proceso electoral poblano, en tanto que los huérfanos del morenovallismo no terminan de reagruparse.

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