Los tres principales partidos políticos del país están renovando sus dirigencias. En dos de los casos los reemplazos estaban ya programados. En el otro, la decisión es consecuencia de un mal resultado electoral. Pero lo importante es que estos tres partidos, que a pesar del crecimiento de otras organizaciones siguen siendo la base de nuestro sistema político, están escogiendo a nuevos dirigentes.
El PAN ha optado por un sistema de votación directa entre sus miembros en una contienda en la que se enfrentan por una parte Ricardo Anaya, quien ha tenido un ascenso fulgurante en el partido, y, por la otra, Javier Corral, quien ha sido el rostro crítico del partido durante mucho tiempo.
En el PRI todo parece indicar un retorno a las viejas formas para la elección por unanimidad de Manlio Fabio Beltrones.
En el PRD Carlos Navarrete ha decidido poner la presidencia a disposición del partido después de unos comicios desastrosos en que Morena casi le arrebata el papel de primer partido de la izquierda.
Los partidos políticos se encuentran en una situación muy difícil en este momento. Una encuesta reciente señala que estas organizaciones han caído al último lugar en las listas de la confianza de la población mexicana a las instituciones del país. Solamente 16% de los mexicanos manifiesta confianza en los partidos políticos. Esta desconfianza se refleja en el avance de candidatos independientes, como Jaime Rodríguez, El Bronco, quien ganó la elección en Nuevo León este pasado mes de junio, y también de partidos pequeños o nuevos como el Partido Verde o Morena.
La caída en la popularidad de los partidos es paradójica si consideramos que estos tomaron hasta tres minutos cada hora en tiempos de radio y televisión para autopromoverse.
Esta confiscación, que se realizó a partir de la reforma electoral de 2007, buscaba mejorar la percepción popular de los políticos y de los partidos. Los líderes de los partidos argumentaban que la razón de su impopularidad entre los ciudadanos eran las críticas que ofrecían los medios de comunicación. Los 48 minutos diarios de propaganda de las seis de la mañana a la medianoche servirían, decían, para que los ciudadanos tuvieran una mejor opinión de la labor de los partidos y de los distintos órdenes de gobierno, lo cual facilitaría la estabilidad del país. El resultado, sin embargo, ha sido exactamente el contrario.
Ha comenzado
Para los tres partidos que han dominado la vida política nacional desde el inicio de la democracia mantener la unidad interna es sin duda el reto más importante. Todos los partidos han sufrido derrotas cuando las diferencias internas han dividido el voto. El número de partidos (ocho) que sobrevivirán a la elección de este 2015 reduce sin embargo la exigencia de votos para ocupar o mantener el poder. Con un número tan grande de partidos se puede ganar una elección con 30% o menos del voto popular.
Andrés Manuel López Obrador se ha levantado como el aspirante a la Presidencia de la República que más apoyo recibe en las respuestas espontáneas en encuestas de opinión. En segundo lugar se encuentra Margarita Zavala, del Partido Acción Nacional. Es muy pronto, sin embargo, para pensar que estos resultados puedan ser siquiera indicativos de una contienda que se llevará a cabo en tres años.
López Obrador ha estado en campaña durante 15 años y aprovechó para promoverse en lo personal en todos los tiempos oficiales de su partido. Zavala, como primera dama, se favoreció de la cobertura presidencial en el sexenio de su marido, Felipe Calderón. Los aspirantes del PRI son hasta ahora en buena medida desconocidos, en parte porque ninguno quiere hacerle sombra al presidente Enrique Peña Nieto. De lo que no hay duda es que la contienda por 2018 ya ha comenzado.