ROMA. — La basílica romana de los agustinos —la orden religiosa del papa León XIV— conserva una pintura icónica de la Virgen María realizada por Caravaggio, el artista de gran éxito que revolucionó el uso de la luz y la oscuridad en el arte occidental.
Una nueva exposición de obras del pintor barroco estará en exhibición en Roma hasta el 6 de julio, permitiendo una mirada actualizada a su conexión con la espiritualidad.
Desde “La Madonna de los Peregrinos” en la Basílica de San Agustín hasta “El Martirio de Santa Úrsula” que cierra la exposición “Caravaggio 2025", historiadores del arte y clérigos están destacando las conexiones entre la creencia religiosa y el “claroscuro” de Caravaggio.
“Es la luz la que nos dirige hacia lo que para él son los puntos clave de la historia”, comenta la curadora de la exposición, Francesca Cappelletti, al referirse al enfoque del artista en los personajes principales que emergen de la oscuridad envolvente. “Nuestra experiencia de vida solo tiene sentido si está investida por una luz espiritual”.
La madonna de Caravaggio en la basílica agustinaEn la madonna agustiniana, que data de principios del siglo 1600, lo que impacta al espectador a nivel de los ojos son las suelas sucias de los pies de una pareja de peregrinos harapientos mientras se arrodillan ante la aparición de la Virgen María. Ella se apoya casualmente contra el marco de una puerta mientras sostiene a un Jesús del tamaño de un niño pequeño.
Es un contraste notable con las representaciones usuales, etéreas y gentiles de la mayoría de las madonnas. Esto la hace aún más conmovedora dentro de la espiritualidad agustiniana, porque ilustra el encuentro entre la naturaleza del hombre y la misericordia de Dios, dijo el reverendo Pasquale Cormio, rector de la basílica.