TRAS LOS PASOS DE HOPPER

EDWARD HOPPER
Cultura
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Alejandro Pérez Cervantes. Edward Hopper en el norte de México. UANL. 100 pp.

A Edward Hopper se le conoce como uno de los mayores pintores estadunidenses del siglo XX. Su forma de retratar la soledad, la nostalgia y de mostrar el lado B del sueño americano lo colocan en el olimpo de la plática occidental, pero pocos saben que a mediados del siglo pasado el artista hizo del norte de México uno de sus destinos favoritos gracias a la recomendación de la curadora Katharine Kuh durante un encuentro en la Ciudad de México.

Entre 1943 y 1946 visitó Saltillo y Monterrey; ambas ciudades son el punto de partida de algunas acuarelas hoy no solo bien cotizadas sino valoradas por los especialistas.

Pese al interés que el episodio podría tener para historiadores y críticos lo cierto es que son pocos quienes conocen a detalle estas visitas. Uno de ellos es el académico y periodista Alejandro Pérez Cervantes (Saltillo, 1973), quien desde hace años se ha dedicado a investigar las estancias del pintor en nuestro país.

Resultado de su trabajo es el libro Edward Hopper en el norte de México, un ensayo donde analiza tanto las obras como el entorno que encontró el pintor en aquellas áridas y luminosas tierras.

“Lo que yo busco pintar es la luz al costado de una casa. Trabajo en la tarde, cuando la luz del día se desplaza en diagonal hacia el techo. Las construcciones del noreste de México están impregnadas de esta luz, ya que las paredes de adobe del viejo Saltillo la reflejan de una manera muy particular, en patrones de color y penumbra”, escribió el artista.

¿Exposición en puerta?

Hopper siempre viajó acompañado por su esposa, la también artista Josephine Nivison, a quien el investigador le dedica un capítulo que reivindica su influencia, peso y complicidad con su marido: “Es un hecho: Edward Hopper, el pintor, el mito, no habría sido posible sin el incansable trabajo y la entregada compañía de Josephine Nivison”, destaca el investigador.

Con oficio detectivesco, Pérez Cervantes nos lleva a recorrer los espacios recorridos por la pareja. Se coloca en las azoteas desde la cuales Hopper pintó piezas como Roofs. Saltillo (1946), Construction in Mexico (1946) y Monterrey Cathedral (1943).

Sé de buena fuente que el trabajo del investigador saltillense ha tenido tal impacto, que ya trabaja junto con un museo del norte del país para reunir las nueve obras realizadas por Hopper en México para montar una exposición, lo cual seguramente será todo un acontecimiento. Ojalá que los trabajos lleguen a buen puerto.

Otros títulos de Alejandro Pérez Cervantes son Lengua de plata y Los estatutos de la mirada.