Un cañonazo de John Kennedy en el primer tiempo extra le reditúa al Fluminense la primera coronación de su historia en la Copa Libertadores, con un triunfo de 2-1 sobre Boca Juniors.
La victoria del equipo carioca cobra mayor relevancia al extender la hegemonía de los brasileños, que a través de los equipos Flamengo y Palmeiras, habían obtenido las últimas cuatro ediciones del certamen.
“Tenía una deuda con el Fluminense. Estaba escrito, no hay nada que decir. Mucha gente nos criticaba, pero hoy Fluminense es campeón de la Libertadores”, señaló Marcelo.
Y en medio de los festejos, extendió sus felicitaciones “a todo el grupo, el personal… Me puse muy nervioso, pero ahora tengo sólo alegría”.
El lateral de 35 años, que regresó a su club de origen tras una trayectoria de 16 temporadas y 25 títulos con el Real Madrid, se convirtió en el decimocuarto jugador en conseguir la Libertadores y la Liga de Campeones —cinco entre 2014 y 2022—.
Hegemonía futbolística
El triunfo de Fluminense significó el cuarto consecutivo de los brasileños en finales ante elencos de Argentina. Los anteriores fueron Corinthians ante Boca (2012), Gremio contra Lanús (2017) y Flamengo frente a River Plate (2019).
“Siento mucha felicidad. Es el resultado de un trabajo: si no hubiéramos ganado, no habríamos fracasado”, indicó Diniz, quien también es seleccionador interino de Brasil.
Y añadió que “Boca no es un fracaso. Quien haya llegado hasta aquí es un campeón. Un campeón no es quien gana el título, sino quien vive con dignidad, quien respeta y trabaja con amor”.
Así pues, el Fluminense aseguró el premio de 18 millones de dólares por el campeonato, que se suma a los 9,15 millones que había acumulado desde la primera fase y otros 3 millones por la clasificación a la fase de grupos del próximo torneo.