Ciudad de México, México, 30 de mayo. En este contexto de crisis ambiental sin precedentes, resulta inadmisible que los partidos políticos y coaliciones llenen las calles con propaganda electoral de plástico. Estos materiales solo aumentan la cantidad de residuos plásticos que se generan diariamente, exacerbando la crisis ambiental. Aunque se promocionan como amigables con el medio ambiente, los pendones y lonas, generalmente fabricados con PVC, pueden tardar cientos de años en degradarse.
Para dimensionar el problema, en la Universidad Iberoamericana realizamos un sencillo cálculo para estimar la cantidad total de postes en la ciudad y la superficie y peso de material electoral colgado en el espacio público. Según el INEGI, la Ciudad de México cuenta con 2.8 millones de viviendas distribuidas en aproximadamente 66 mil 400 manzanas.
De estas, el 99.8% tiene suministro eléctrico, con postes en la vía pública separados en promedio cada 30 metros. Los servicios de telefonía fija e internet, soportados principalmente por postes a cada 50 metros, están disponibles en el 86% de las viviendas. Además, el 57.8% de las viviendas tienen alumbrado público con postes colocados entre 30 y 40 metros.

Con estos datos, se estima un total de 805,163 postes de luz eléctrica, 41 mil 547 postes de teléfono e internet, y 398 mil 290 postes de alumbrado público, sumando 1,245,000 postes. Si cada poste tiene dos pendones colgados en cuatro ocasiones durante casi tres meses, se generan Nueve millones 960 mil pendones. Con una superficie de 1.6 m² y un peso promedio de 976 gramos por pendón, esto equivale a una superficie total de un mil 593.6 hectáreas y cerca de diez mil toneladas de basura. Esta cantidad de residuos equivale a 2.3 veces la superficie del Bosque de Chapultepec y al peso de 750 trolebuses.
En una ciudad en la que la crisis ambiental se refleja en la contaminación del agua y del aire, la desatención a los efectos adversos de la isla de calor urbana y la tala ilegal de los bosques, el tamaño del problema de la propaganda electoral es el reflejo del nulo interés a los problemas ambientales de la ciudad de parte de quienes aspiran a gobernarnos.