Concluyó la temporada de precampañas y los principales partidos han definido a buena parte de sus candidatos a gobernadores y diputados federales plurinominales, lo que los lleva a poner en práctica una infaltable tradición política mexicana: la operación cicatriz.
Y no es para menos, porque resentidos los hay en todas partes: en el blanquiazul tenemos a la ex primera damita de la Nación, que la dejaron fuera de las pluris y ya sabrán el berrinche que hizo; los amarillos le hicieron el fuchi al carnal Marcelo y con ello le dieron otro empujoncito hacia los brazos del Peje; en tanto que a los priistas se les complicó un poco el asunto en Nuevo León.
Llega ahora el periodo de intercampañas, durante el cual los políticos que aspiran a los demás huesos (alcaldías y diputaciones locales) deben hacer como que no hacen, pues ahí de aquellos que se anden promoviendo porque si los pillan se les negará el registro.
Y la verdad es que ahorita no hay que picarles la cresta a los del INE ya ven que andan bien giritos. Si no creen, pregúntenle a los de Scytl, a quienes les cancelaron el contrato para fiscalizar gastos de partidos, por ser tan retardaditos; aunque los empresarios dicen que los retardaditos fueron otros.
Pues tomemos aire y preparémonos para la Madre de todas las campañas, porque en los primeros días de abril veremos candidatos por todos lados: échenle son como mil 600 huesos y puede que por cada uno de ellos compitan unos diez monos.
Me despido con esta máxima de la política: “El que se mueve no sale en la foto”.