Conoce las manos mágicas de Chihuahua

Los Jesuitas compartieron su gusto por las artes a los pueblos originarios. En las haciendas se les enseñó a fabricar instrumentos musicales, utensilios domésticos, telares, cestas y a trabajar el barro.

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Sectur Chihuahua
Redacción
Finanzas
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El estado de Chihuahua, en el norte de México, tiene una impresionante tradición artesanal que refleja la diversidad cultural de su población, especialmente de los pueblos indígenas como los rarámuris, así como de influencias mestizas.

Mata Ortiz; el arte que nació del desierto

No puedes dejar de conocer Mata Ortiz, en el municipio de Casas Grandes, caracterizado por contar con una gran historia artesanal. Aquí se elabora una de las cerámicas más finas de México, inspirada en las antiguas vasijas de la cultura Paquimé. Todo comenzó en los años 70, cuando Juan Quezada, un habitante local, redescubrió las técnicas de los antiguos alfareros y creó un estilo único. Cada pieza es hecha a mano, con barro y pigmentos naturales, y decorada con diseños delicados y modernos que han logrado llamar la atención de coleccionistas de todo el mundo.

Mata Ortiz es un pequeño rincón cultural de Chihuahua, caracterizado porque puedes ver a los artesanos trabajando, conocer sus procesos y adquirir piezas únicas directamente de quienes las crean. Es una experiencia auténtica que te conecta con el arte, la historia y la calidez de la gente del norte de México.

Artesanía Tarahumara

Los ralámulis o rarámuris, como también se le conoce a la nación originaria más numerosa de Chihuahua habita la zona Barrancas del Cobre desde hace siglos. El primer contacto que tuvieron las naciones originarias con los europeos fue a través de los Jesuitas, quienes arribaron a la Sierra con el propósito evangelizador y educativo.

Los Jesuitas compartieron su gusto por las artes a los pueblos originarios. En las haciendas se les enseñó a fabricar instrumentos musicales, utensilios domésticos, telares, cestas y a trabajar el barro.

A los hombres se les facilita la talla de madera, a las mujeres el tejido de la lana y la costura de prendas de vestir, la fábrica de utensilios y el tejido de cestas.

Lo que nació con fines utilitarios, se ha convertido en arte, mención especial merece la cestería, las mujeres rarámuris tejen como si sus dedos tuvieran un programa cargado en su cerebro. Casi sin ver, logran crear piezas de belleza y complejidad asombrosas.

La palmilla Nolina Erumpens de Chihuahua crece en el fondo de las barrancas, las mujeres caminan por horas para encontrar y podar la planta, cuidando no lastimarla para que se siga reproduciendo. Las cestas resultan no solo bellas, sino bastante resistentes.

Cuando visites las barrancas, en Estación Divisadero, en los valles cercanos a Creel, o en Guachochi o Batopilas, es muy común encontrar a una mujer sentada tejiendo, rodeada de hermosas creaciones, las cuales están siempre a la venta.

Por su parte, los hombres han desarrollado habilidades para elaborar tallas en madera. Recrean con mucha habilidad escenas domésticas, animales, crucifijos y vírgenes; utensilios de cocina e instrumentos musicales como violines, guitarras y tambores. Durante la Semana Santa y en las fiestas de guardar, tanto los tambores, las guitarras y los violines amenizarán las danzas y las ceremonias.

Hace algunos años, fueron invitados a Cremona, Italia, un par de fabricantes de violines del municipio de Batopilas, para que perfeccionaran sus técnicas, logrando fabricar a su regreso, violines de asombrosa calidad.

Lugares clave donde puedes encontrar artesanías:

· Creel: Pueblo mágico en la Sierra Tarahumara, donde se comercializan muchas artesanías rarámuri.

· Chihuahua capital: Mercados y tiendas culturales ofrecen una gran variedad.

· Guachochi y Batopilas: Centros importantes en la cultura rarámuri.

· Paquimé (Casas Grandes): Zona arqueológica y comunidad donde se ha retomado la cerámica prehispánica estilo Mata Ortiz, una de las más finas del país.

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