La naturaleza golpeó fuerte en 2020 con desastres relacionados con el cambio climático: a los problemas zoonóticos derivados por la pandemia de Covid-19 se sumaron descomunales incendios forestales en Australia, Siberia, Estados Unidos y América del Sur; un número récord de tormentas en el Atlántico con huracanes de categoría 4 consecutivos; diez millones de desplazados en África y Asia por lluvias históricas; y el calor llegó a niveles sin precedente en el Ártico, entre otras regiones.
Frente a estos hechos las expectativas para 2021 son de pronóstico reservado: los especialistas coinciden en que los desastres naturales y la pérdida de hábitat para las especies endémicas se están convirtiendo en una enfermedad crónica en todo el mundo, por lo que en el año que está por comenzar se necesitarán acciones concretas para manejar la situación.
Muchos son, advierten los expertos, los desafíos que en materia de medio ambiente enfrentará la humanidad a lo largo del año entrante.
Por lo pronto Vértigo presenta los cinco retos medioambientales más importantes para 2021 y cómo habría que enfrentarlos a decir de los especialistas.
Cambio climático
Este 2020 está en camino de ser uno de los tres años más cálidos registrados en la historia, según la Organización Meteorológica Mundial (OMM).
Los científicos advierten que la década 2011-2020 será la más cálida de que se tenga memoria y desde 2015 se han roto récords de calentamiento cada año. Los registros de temperatura modernos comenzaron en 1850.
“La temperatura global promedio en 2020 se establece en aproximadamente 1.2° C por encima del nivel preindustrial (1850-1900). Existe al menos 20% de posibilidad de que supere temporalmente los 1.5° C para 2024”, declaró Petteri Taalas, secretario general de la OMM.
El calor más notable se observó en el norte de Asia, en particular en el Ártico siberiano, donde las temperaturas estuvieron a más de 5° C por encima del promedio. El calor siberiano culminó a finales de junio, cuando alcanzó los 38° C en Verkhoyansk el día 20, la temperatura más alta conocida en cualquier lugar al norte del Círculo Polar Ártico. Esto, de acuerdo con la OMM, alimentó la temporada de incendios forestales más activa en un registro de datos de 18 años.
Según el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) de la Organización de Naciones Unidas (ONU) los cambios en el clima se relacionan directamente con la actividad humana debido a las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI). Estos son hoy 50% superiores a los niveles de 1990.
Aunque las emisiones diarias de CO2 habrían disminuido hasta en 17% luego de las medidas de confinamiento por el coronavirus, el IPCC señala que se trata de una variabilidad mínima en las concentraciones de GEI, que continúan en aumento.
En este sentido el informe de la OMM destaca que China y Estados Unidos ocupan el primero y segundo puestos en la lista como mayores emisores de CO2 con 28% y 15% de las emisiones, respectivamente. Entre los dos, de hecho, son responsables de 43% de las emisiones del mundo.
De acuerdo con estos datos cualquier medida que adopten estas dos potencias será clave para reducir el cambio climático.
Por ello a cinco años de la firma del Acuerdo de París, al que se sumaron 197 países y la Unión Europea, dos grandes anuncios ocurrieron hace unos días que hacen tener esperanza en que quizá sí sea posible cumplir con el objetivo de mantener la temperatura media mundial por debajo de los 2º C sobre los niveles preindustriales.
El primero se registró el pasado 12 de diciembre durante el Climate Ambition Summit, cuando el presidente Xi Jinping anunció que China triplicará su capacidad de generación de energía eólica, reduciendo paulatinamente su dependencia de carbón en 65% para 2030.
La segunda noticia llegó de la mano de la presentación del gabinete del presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden, para hacer frente al cambio climático y el anuncio de que se destinarán dos mil millones de dólares para este propósito, como prometió durante su campaña electoral.
Cabe recordar que apenas en noviembre pasado Estados Unidos, por decisión del presidente Donald Trump, se retiró oficialmente del Acuerdo de París.
“Así como Estados Unidos ha necesitado una respuesta nacional unificada contra el Covid-19, necesita otra para enfrentar el cambio climático. Literalmente no tenemos tiempo que perder”, declaró Biden al presentar a los principales integrantes de su equipo ambiental.
Su gabinete estará formado, entre otros, por Deb Haaland, de origen indígena, como secretaria de Interior, y Michael Regan, primer afroamericano en dirigir la Agencia de Protección Ambiental.
Incendios forestales
El Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) advirtió que este año los incendios forestales pueden superar las cifras récord alcanzadas en 2019 en el mundo y que si continúa esta tendencia habrá “consecuencias devastadoras” debido a la liberación de millones de toneladas adicionales de CO2.
“A escala mundial observamos un aumento preocupante a nivel de fuegos. Como sabemos el año pasado hubo una situación extrema en la Amazonia y en algunos otros ecosistemas en Latinoamérica, pero también fuegos muy fuertes en Siberia, Australia y en otros lugares, como California, donde las llamas han arrasado más de 500 mil hectáreas. Este año, según nuestro reporte, hubo 13% de incremento a nivel global de fuegos, comparado con 2019 que ya había sido un año extremo. Nos preocupa que esta tendencia siga a la alza y que tenga efectos negativos, como el aumento en el cambio climático y la pérdida de biodiversidad”, explica a Vértigo Jordi Surkin, director de Conservación de WWF para América Latina y el Caribe.
El también director de Conservación del Fondo Mundial para la Naturaleza en Bolivia agrega que las principales causas de este fenómeno son la deforestación, causada en su mayoría por la conversión del suelo para la agricultura, además de un clima más cálido y seco debido al cambio climático, que hace que la temporada de incendios haya aumentado en todo el mundo.
Después de que un bosque fue siniestrado, reconoce el especialista, es muy costoso restaurarlo, por lo que en algunos casos es mejor que el ecosistema se recupere solo.
En este sentido el WWF hace un llamado para que exista “un compromiso de los países de todas las zonas más afectadas por los incendios forestales” y, en particular, de la Amazonia y de la cuenca del Congo, a fin de que desarrollen planes y políticas de deforestación cero de sus bosques primarios.
“La mejor estrategia es mantener todo el tiempo ocupados, junto con asistencia técnica, a los dueños de los bosques por medio de un manejo forestal sustentable que incluya: aprovechamiento de sus diversos productos, evitar la tala ilegal, control de plagas y enfermedades, control de todos los agentes que el hombre pudiera ejercer para dañar el bosque, además de amortiguar mejor los disturbios naturales”, indica por su lado Miguel Gallegos Mora, de la Conafor CDMX.
Agrega que el reto para las agencias gubernamentales encargadas de los bosques es estar justo en el momento en que el dueño pretende hacer “algo” en el bosque y “que lo podamos orientar bien antes de que cualquier cosa suceda”.
Jordi Surkin comenta que igualmente se debe presionar a los gobiernos a fin de que tomen mayor voluntad para implementar políticas para no autorizar fuegos donde no se debe.
Desabasto de agua
De acuerdo con Naciones Unidas hoy hay dos mil 200 millones de personas en el mundo que no tienen acceso al agua potable y cuatro mil 200 millones viven sin saneamiento adecuado.
Se prevé que los efectos del cambio climático incrementarán estas cifras, a menos que se actúe con urgencia.
Las razones de estas crisis, expresa Gabriela Morales, gerente de Gestión Hídrica e Infraestructura Verde del Instituto de Recursos Mundiales (WRI) México, son mucho más profundas que la sequía (*entrevista agosto de 2019).
Así lo demuestra Aqueduct, herramienta desarrollada por WRI, la cual descubrió que las extracciones de agua en todo el mundo se han más que duplicado desde 1960 debido a la creciente demanda y no muestran signos de desaceleración.
Datos arrojados por la herramienta revelan que son 17 países, donde vive una cuarta parte de la población mundial, los que enfrentan niveles extremadamente altos de estrés hídrico ya que la agricultura de riego, las industrias y los municipios extraen en promedio cada año más de 80% de los suministros de agua disponibles.
La Aqueduct revela que doce de los 17 países con mayor escasez de agua se encuentran en Oriente Medio y África del Norte.
México se ubica en el lugar 24 de 164 naciones en la categoría “alto estrés hídrico” ya que consume anualmente entre 40 y 80% de su agua disponible.
A lo anterior se suma que apenas el 7 de diciembre pasado el vital líquido comenzó a cotizar históricamente en los mercados de Wall Street: se trata del lanzamiento del nuevo derivado, con clave de cotización NQH2O, cuyo objetivo es captar la especulación entre los agricultores de California, quienes ahora pueden protegerse ante la sequía o apostar por la futura disponibilidad de agua en el estado, que representa el mayor mercado agrícola de Estados Unidos y la quinta economía más grande del mundo.
De acuerdo con Jorge Feregrino, académico de la división de Ciencias Socioeconómicas en la FES Acatlán de la UNAM, la cotización del agua californiana es el precedente para la privatización del vital líquido en algunas regiones del planeta. “Esto marca el inicio de la posibilidad de que se privatice el agua o los derechos de explotación del agua; puede significar un antecedente importante”, dice.
El riesgo y la gravedad de este mercadeo en California, explica el especialista, puede surgir derivado de una transmisión de volatilidad del precio futuro; es decir, que el precio futuro determine en cierto modo el precio en la actualidad y no al revés, lo cual ha sucedido ya, por ejemplo, con el precio del maíz.
“La gente que está en el negocio de la agricultura compra un derecho del agua y por equis situación hay volatilidad y falla, se tiene una mala posición frente al derivado. Eso puede tener un impacto también en los precios de los productos agrícolas; es decir, puede implicar un aumento en los precios de los bienes finales o de los bienes para los que se utilizan los bienes del agua. Eso sin contar que pueden generar una concentración del mercado”, señala.
A pesar de las cifras y los hechos diversos especialistas indican que el estrés hídrico no es destino: como cualquier desafío, su solución depende de asuntos de gestión adecuada.
Por ejemplo Arabia Saudita, clasificada por Aqueduct en el puesto 8 por estrés hídrico, le pone precio al agua para incentivar su conservación. Su nuevo programa Qatrah (“gotita”, en árabe) establece objetivos de conservación del agua y tiene como objetivo reducir su uso en 43% durante la próxima década.
Pérdida y tráfico de especies
Las poblaciones mundiales de vertebrados, entre mamíferos, aves, peces, anfibios y reptiles, se redujo 60% en las últimas cuatro décadas (1970-2014), según el Informe Planeta Vivo del WWF.
Señala que la región más afectada por la pérdida de ejemplares es la de América Latina y el Caribe, donde la biodiversidad decayó 89 por ciento.
José Sarukhán, líder de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio), advierte que “la pérdida de hábitat por la deforestación de bosques y selvas, así como el consumo de la llamada carne de monte, de especies silvestres, son los factores que en los últimos 40 o 50 años provocaron las epidemias en el mundo con enfermedades como ébola, nipah, SARS y ahora el Covid-19”.
Durante la conferencia virtual “¿Imitar a la naturaleza? ¡Mejor vivir con y en ella” (realizada en mayo), el también ganador del Premio Tyler 2017 puntualizó que con la tala inmoderada, que deforma los ecosistemas, surgen “bichos y patógenos” que irrumpen en las poblaciones humanas.
Explicó que en los últimos 200 años se han visto disminuidos los servicios que brindan los ecosistemas, como la calidad del aire, los microclimas, los polinizadores, la calidad del agua y la leña, entre otros, como resultado del efecto de la actividad humana.
Detalló que la fragmentación de bosques y selvas es un proceso que se da debido a la necesidad de sembrar más alimentos pero con políticas agrícolas totalmente inadecuadas que utilizan indiscriminadamente fertilizantes, agroquímicos y pesticidas.
“La transformación de los ecosistemas también genera un desequilibrio tan fuerte, que en muchos casos provoca la dispersión de enfermedades. Esto es porque afecta más a los depredadores que a las presas, frecuentes hospederos de enfermedades”, aseguró.
Tráfico de especies y zoonosis
Diversos especialistas coinciden en señalar que un factor determinante para el surgimiento del nuevo Covid-19 es que tanto en Wuhan, epicentro de la pandemia, como en toda China existen mercados vivos o húmedos.
“En estos se da una conjugación de muchas especies de fauna silvestre. Conviven murciélagos, civetas, perros, reptiles, aves y demás animales. Su sangre y sus heces vuelan en el aire. Por ello esos mercados son un caldo de cultivo para que estos virus puedan mutar y adaptarse a nuevas especies”, explica Óscar Rico, de la FMVZ de la UNAM.
De acuerdo con la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN) el tráfico de especies salvajes, tanto vivas como muertas, alcanza anualmente un monto de casi 26 mil millones de dólares en todo el mundo.
La organización internacional Traffic también denuncia que entre 2017 y 2019 se confiscaron alrededor de 96 mil kilos de escamas de pangolín en Malasia, Singapur y Vietnam, y estima que en el mismo lapso unos 895 mil ejemplares se vendieron ilegalmente.
En medio de la pandemia otras especies también se encuentran amenazadas: la secuenciación del genoma completo de SARS-CoV-2 en 16 granjas de visones en Dinamarca es la primera evidencia científica de que una especie específica transmite el virus de humanos a visones y de visón a humano, por lo que el gobierno de esa nación decidió sacrificar a 15 millones de ejemplares como medida preventiva.
Hasta el momento perros, gatos, leones y tigres han dado positivo en la prueba de SARS-CoV-2. “Sin embargo lo que llama la atención con los visones es que esta especie puede ser infectada por un humano y retransmitir el virus mutado a otros humanos, lo que no había sucedido en las otras especies”, explica en entrevista Rosa Elena Sarmiento Silva, académica e investigadora de la FMVZ de la UNAM.
Ante tal escenario la OMS recomienda a todas las naciones que mejoren la vigilancia de Covid-19 en los puntos de contacto entre los animales y los seres humanos allí donde se detecten reservorios animales sensibles, incluidas granjas de animales. “Ello incluye la adopción de medidas de prevención y control de las infecciones para los trabajadores y visitantes de las granjas, así como para las personas que participan en las actividades ganaderas o en los sacrificios”, indicó.
“Esta fue una llamada de atención para muchas granjas: no debemos bajar la guardia y mucho menos en esta situación donde nosotros los humanos podemos estar transmitiendo el virus a otras especies”, finaliza Sarmiento Silva.