A bordo del USS Theodore Roosevelt, 12 de abril. Un grupo de ataque de portaaviones estadunidenses encabezado por el USS Theodore Roosevelt participó en ejercicios conjuntos de dos días con sus aliados Japón y Corea del Sur, mientras el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, se reunió con los líderes de Japón y Filipinas en la Casa Blanca. Las maniobras militares y diplomáticas buscan reforzar la solidaridad entre los socios frente a las agresivas acciones militares de China en la región.
Varios destructores de misiles guiados estadunidenses y surcoreanos y un buque de guerra japonés se unieron a los ejercicios en el disputado Mar de China Oriental, donde aumenta la preocupación por los reclamos territoriales de China. La agencia The Associated Press fue uno de los varios medios que presenciaron las maniobras en primera fila.
El contraalmirante Christopher Alexander, comandante del Grupo de Ataque Nueve, explicó que las tres naciones realizaron ejercicios de guerra submarinos, operaciones de interceptación marítima, simulacros de búsqueda y rescate y trabajos centrados en la comunicación y en el intercambio de datos. En declaraciones a reporteros el jueves a bordo del Roosevelt, apuntó que estos ejercicios ayudarán a mejorar la comunicación entre Estados Unidos y sus aliados y a “prepararnos mejor para una crisis en la región”.
Aviones de combate F/A-18E Super Hornet despegaron desde la cubierta del portaaviones, que también contaba con helicópteros antisubmarinos MH-60R Seahawk. Para llegar allí, los reporteros volaron durante más de una hora desde la Base Aérea de Kadenam, donde se concentra la fuerza aérea estadounidense en el Pacífico. Kadena se ubica en la isla de Okinagua, en el sur de Japón, donde están casi la mitad de los de 50 mil soldados estadunidenses estacionados en el país.
“Este es un momento de mucha actividad, están pasando muchas cosas en el mundo”, apuntó Alexander. “La importancia de este ejercicio es que tenemos tres países afines, tres Armadas afines que creen en la paz, la seguridad y la estabilidad en el Pacífico occidental”.
En Beijing, el Ministerio de Exteriores apuntó que su director general de Asuntos Asiáticos se reunió el viernes con un alto funcionario de la embajada de Japón y le expresó su “seria preocupación e insatisfacción” por los “movimiento negativos” de Tokio durante la reunión entre su primer ministro, Fumio Kishida, con Biden y con el presidente de Filipinas, Ferdinand Marcos Jr, en Washington.
Esto siguió a unas declaraciones de Beijing que acusaban a Estados Unidos y Japón de difamar a China y pedían que dejasen de socavar la paz y la estabilidad regionales, al tiempo que afirmaban que el país “defenderá con determinación” sus intereses de seguridad y desarrollo.
La participación de Japón y Corea del Sur fue otro indicio de mejora de los lazos entre los recelosos vecinos. La relación entre los dos aliados de Washington se ha visto marcada a menudo por el recuerdo de la colonización japonesa de la Península de Corea durante medio siglo. Washington ha presionado a Seúl y Tokio para que cooperen y para que los tres puedan enfrentar mejor las amenazas de China y Corea del Norte.
La clamorosa derrota del partido del presidente surcoreano, Yoon Suk Yeol — partidario de mejorar la relación con Japón —, en las elecciones parlamentarias de esta semana podría limitar sus esfuerzos a favor del acercamiento a Japón, pero los expertos creen que los lazos se mantendrán estables.
Las maniobras se enfocaron en la mejora de la capacidad de respuesta conjunta de las tres naciones frente a las crecientes amenazas nucleares y de misiles de Corea del Norte, explicó la Armada surcoreana en un comunicado.
Las últimas maniobras navales forman parte de los esfuerzos de Biden para aumentar el compromiso de seguridad y diplomático con las naciones del Indo-Pacífico. El mandatario invitó a Kishida y a Marcos a la Casa Blanca para su primera cumbre bilateral el jueves, y declaró que el compromiso estadounidense con la defensa de sus aliados del Pacífico es “férreo”.
Las tensiones entre China y Filipinas han aumentado debido a los repetidos enfrentamientos entre busques de sus respectivas Guardias Costeras en el disputado Mar de China Meridional. Los guardacostas de Beijing también se suelen acercar a unas disputadas islas controladas por Japón en el Mar de China Oriental, cerca de Taiwán.